LA LITURGIA DE LOS DONES PRESANTIFICADOS - TRIÓDION
“EL PROGIASMENI”
LA DIVINA LITURGIA DE LOS DONES
PRESANTIFICADOS
Por Nuestro Padre entre los Santos
San Gregorio el Diálogo - Teólogo - Papa de Roma.
EXPLICACIONES
CUANDO SE CELEBRA ÉSTA LITURGIA
Ésta liturgia será celebrada en la temporada de la Santa Cuaresma, especialmente los días Miér-
coles y Viernes, y Nunca los días Sábados y Domingos. También es celebrada el día jueves del Gran
Canon (Día jueves de la Quinta Semana de la Cuaresma)
También se acostumbró en celebrarla -durante la Santa Cuaresma- en la conmemoración de al-
gunos santos -si no cae la fiesta un día Sábado o Domingo-: Día 10 de Febrero: San Jaralambos, día 24
de Febrero: El Primero y Segundo Hallazgo de la Cabeza de San Juan ‘El Bautista’, día 9 de
Marzo: Los Cuarenta Santos Mártires de Sebasta, Y en cualquiera fiesta local, y los días Lunes ,
Martes y Miércoles de la Gloriosa Semana Santa, y en cualquier otro día indicado por el Tipikón. Más,
este Oficio está siempre ligado al Servicio de las Grandes Vísperas.
CÓMO SE PREPARAN LAS OFRENDAS
La Preparación de las Ofrendas “Oblación” se hace en un día Sábado o Domingo, durante la
preparación de la Ofrenda. Después de haber cortado el Primer Cordero, preparado para la santificación,
y después de haberlo sacrificarlo, localizado sobre la Patena y traspasado, el Sacerdote corta otro Cordero
(dos, tres o más... según lo necesario por las celebraciones durante la semana entrante) repite el mismo
proceso -acompañado de sus correspondientes oraciones- con cada Cordero, poniéndolos pegados a la
parte Este del primer Cordero y el uno al otro; vierte pues el vino y el agua en el Cáliz, bendice la unión
de los santos, como de costumbre, y procede con la Ofrenda como de costumbre, levantado las partes
correspondientes a la Madre de Dios, los Arcángeles, Profetas, Apóstoles, Padres, Mártires, Ascetas,
Anárgiros, Antepasados, el Santo Autor de la Liturgia -Basilio el Grande o Juan Crisóstomo- y los con-
memorado... Pone el Asterisco, embellece, cubre, tapa y inciensa, hace la Oración y el Apólisis como de
costumbre.
Y celebra la Divina Liturgia tal como siempre
CONSAGRACIÓN DE LOS DONES
Cuando el Celebrante llega a la Bendición de la Ofrenda en tiempo de la Mutación, no dice:
“Haz estos Panes...” sino “Haz este Pan el Cuerpo de Tu Cristo” en el modo singular, pues Cris-
to es Uno. Y cuando eleva para decir: Lo Santo a los Santos, eleva todos los Corderos, haciendo con
ellos la señal de la Cruz encima de la Patena. (Pero cuando parte... Parte Uno)
PREPARACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS CORDEROS
Después de partir el Cordero Primero, levantar la parte superior (ΙΣ) y depositarla en el Cáliz, y
después de verter el agua caliente, como de costumbre; Levanta los demás Corderos, -de a uno- , cara
abajo, sobre la Esponja, llevándolo con su mano izquierda, con la Cuchara, en su diestra, levanta la San-
gre Purísima del Cáliz, mientras dice:
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Oh Cristo Soberano, la ofrenda a los ídolos ha sido anulada por la San-
gre Divina, que brota de Tu Puro Costado Vivificador. Y toda la tierra Te ofrece
ofrenda de alabanza en todo tiempo.
Vierte, pues, con la Cuchara, la Sangre Precios, en la herida con la señal de la Cruz, la cantidad
necesaria, mientras dice:
Unión y plenitud del Cuerpo Puro y la Sangre Preciosa. Amén.
Luego deposita el Cordero -Cara abajo- en la Caja.
Este proceso será repetido con cada Cordero Consagrado.
Después de la comunión del Sacerdote, Diácono y el pueblo, se procede con la Divina Liturgia
hasta el final, como de costumbre.
El Sacerdote, cuando celebra ‘El Progiasmeni’, debe hacerlo sobre un Cordero Consagrado
Completo y no sobre una parte de ello, y esto es para completar la partición, división y comunión como
se debe.
EN PRESENCIA DE UN OBISPO
Cuando llega el Señor Obispo al Templo, se reviste de Su Manto de Púrpura, recibe el Báculo Episcopal
y bendice al pueblo, sube al Trono, luego se acercan los sacerdotes y diáconos para recibir la bendición;
Adoran ante la Puerta Real, se inclinan ante el pueblo y entran al Altar, el Sacerdote de la puerta Norte
y el Diácono de la Puerta Sur. Hacen Tres Metanías ante la Mesa Sagrada... Y se revisten de sus orna-
mentos.
Después del inicio de la Nona -Hora Novena- y la exclamación: “Porque Tuyo es el Reino, el
Poder y la Gloria...”baja el señor Obispo del Trono, adora tres veces ante la Puerta Real, Besa a los
Iconos Sagrados mientras que el Diácono dice: “Por las Oraciones de nuestro Santo Padre, Oh
Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros”. Desde la Puerta Real, el señor Obispo bendice al pueblo,
entra al altar, adora ante la Mesa sagrada y la besa sin decir nada. Se reviste de sus ornamentos con el
Omofório Pequeño, después de haber bendecido y besado cada parte de ellos, mientras el Diácono repite:
“Por las Oraciones de nuestro Santo Padre,...” sin decir ninguno de los Estíjos habituales.
Después de las Bienaventuranzas, se abre la Puerta Real, sale el señor Obispo y toma su lugar
en el Trono; Se acercan pues los Sacerdotes y Diáconos y reciban la bendición, y los Sacerdotes entran al
altar. Cuando llega el lector a (“Señor, ten piedad”- 40 veces), el Primer Sacerdote inciensa como de
costumbre. Después de “Tú, Que en todo tiempo...” etc, el señor Obispo dice: “Que Dios tenga
compasión de nosotros y nos bendiga...” luego dice la Oración de San Efrén ‘El Sirio’ “Oh Señor,
Soberano de mi vida...” con las Grandes Metanías. “Santo Dios... y lo que sigue” y “Señor ten pie-
dad - 12 veces” y el señor Obispo dice la Oración: “¡Oh Santísima Trinidad! Poder Consubstan-
cial...” luego el Sacerdote sierra con el Apólisis desde la Puerta Real.
De pie ante la Puerta Real, se inclina hacia el señor Obispo, elevando su diestra con el Orarion,
exclama: “¡Bendice, Señor!” y el Sacerdote: “Bendito sea el Reino del Padre...”, el señor Obispo
recita el Salmo Vespertino “Bendice, alma mía, al Señor...”; y todo lo que sigue hasta Isodión ‘La
Entrada’
El señor Obispo y el clero cantan “Oh Luz Radiante...” y cuando llegan al canto de “Alabe-
mos al Padre, al Hijo...” bendice con el Tricário y Dicário y entra al Altar.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
El señor Obispo es quien bendice con el Tricário diciendo “La Luz de Cristo ilumina a to-
dos” y él es quien inciensa despacio mientras cantado: “¡Que mi Oración, se endereza como in-
cienso ante Ti, y la elevación de mis manos sea como Ofrenda Vespertina!” y sus Estíjos.
Después de la Exclamación de: “Por el Don de Tu Cristo, con...” y mientras se canta: “Ahora las
Potestades Celestiales, invisiblemente,...” el señor Obispo incensando la Mesa, el Altar, el Iconostasio
y el pueblo, mientras recitando el Salmo Cincuenta; Se dirige luego hacia el Altar, adora, inciensa y levanta,
entregando al Sacerdote los Consagrados (Santos) y vuelva a su lugar delante la Mesa Sagrada. El Sacerdo-
te sale de la Puerta Norte, precedido por el Diácono que lleva el Tricário, así también todos los Sacerdotes
y Diáconos, hacia la Puerta Real y entrega la Ofrenda al Obispo que la deposita a la vez sobre Mesa
Sagrada.
Nótese que el señor Obispo es quien recita todas las oraciones en una voz que pueden ser escu-
chadas, y todas las exclamaciones. Una vez terminada la Liturgia, él hace el Gran Apólisis, mientras
todos canta: “A nuestro Pastor y... Muchos años de vida.” Y Bendice al los presentes individual-
mente, entregándoles el Andizóron o el Broti.
Nótese que se cae una fiesta que se celebra -como hemos mencionado en las primeras páginas-
que tiene Epístola y Evangelio; Después de “¡Que mi Oración, se endereza...!” Como de costumbre,
el señor Obispo quita el Omofório pequeño durante la lectura de la Epístola, mas durante la lectura del
Santo Evangelio, llevando su Báculo, para a la Puerta Real mirando hacia el pueblo; Terminada le lectu-
ra, el Diácono precedido de aquel que lleva el candelabro, se dirige hacia la Puerta Real, entrega el Evan-
geliario al señor Obispo, besándole la mano, y éste lo entrega al Primer Sacerdote quien lo deposita sobre
la Mesa Sagrada encima del Antimensión. Mientras tanto, como de costumbre, el señor Obispo bendice
al Diácono y luego al pueblo con el Tricário. Y después de la exclamación: “Por el Don de Tu Cristo,
con Quien eres bendito,...” (Ver página 21 del texto)
“EL PROGIASMENI”
LA DIVINA LITURGIA DE LOS DONES
PRESANTIFICADOS
Por Nuestro Padre entre los Santos
San Gregorio el Diálogo - Teólogo - Papa de Roma.
El Sacerdote junto al Diácono, hacen una Metanía “inclinación” ante el Señor Obispo o el Tro-
no Episcopal, luego hacen tres Metanías ante la Puerta Real diciendo sobre cada una: “Por las Ora-
ciones de nuestros Santos Padres, Oh Señor Jesucristo Dios nuestro, ten piedad de nosotros y
sálvanos”. Luego besan los Santos Iconos, y inclinándose ante el pueblo, piden el perdón y entran al
Santuario; el Sacerdote de la Puerta Sur y el Diácono de la Puerta Norte. Adoran tres veces ante la Me-
sa Sagrada, sin decir nada, el Sacerdote besa el Santo Evangelio y la Mesa Sagrada y el diácono besa
solamente la Mesa.
Vistiéndose, cada uno de sus Ornamentos, sobre cada pieza dicen: “Por las Oraciones de
nuestros Santos Padres,...”. Y parados ante la Mesa Sagrada, Adoran tres veces diciendo: “Oh Dios,
perdóname, a mí pecador, y ten piedad de mi”. El Sacerdote besa el Santo Evangelio y la Mesa Sa-
grada, luego bendice al Diácono sin decir nada, y el Diácono, sale de la puerta Norte del Santuario y
parado se inclina ante la Puerta Real y ante el Obispo - o el Trono -, y comienza la Liturgia exclamando:
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Diácono: Bendice, Señor.
Levantando el Santo Evangelio con las dos manos, y manteniéndolo verticalmente, bendice sobre
el Antimensión en forma de Cruz exclamando:
Sacerdote: Bendito sea el Reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Diácono: Inclinándose ante el Señor Obispo - o el Trono -, entra al Santuario de la Puerta Sur.
Y mientras el Lector -o el que preside- recita el siguiente Salmo Vespertino, el Sacerdote, parado frente
de la Mesa Sagrada lee las últimas tres Oraciones Secretas correspondientes al Oficio de las Vísperas:
Lector: Amén, Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro
Rey y nuestro Dios. (Dos veces)
Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, Él es nuestro Rey, Se-
ñor y Dios.
1Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, mucho te has engrande-
cido; Te has vestido de gloria y de magnificencia. 2Él que se cubre de luz como
de vestidura, que extiende los cielos como una cortina; 3Que establece sus apo-
sentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre
las alas del viento; 4Él que hace a los vientos sus mensajeros, y a las llamas del
fuego sus ministros. 5Él fundó la tierra sobre sus basas; no será jamás removida.
6Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las
aguas. 7A Tu represión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron;
8Subieron los montes, descendieron los vales, al lugar que Tú les fundaste. 9Les
pusiste término, el cual no traspasaran; ni volverán a cubrir la tierra. 10Tú eres el
que envía las fuentes por los arroyos; Van entre montes. 11Dan de beber a todas
las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses. 12A sus orillas habitan
las aves de los cielos; Cantan entre las ramas. 13Él riega los montes desde sus
aposentos: del fruto de sus obras se sacia la tierra. 14Él hace producir el heno
para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; Sacando el pan de la
tierra. 15Y el vino que alegra el corazón del hombre; El aceite que hace brillar el
rostro, y el pan que sustenta el corazón del hombre. 16Se Llenan de savia los ár-
boles del Señor, los cedros del Líbano que el plantó. 17Allí anidan las aves; En
las hayas hace su casa la cigüeña. 18Los montes altos para las cabras monteses;
las peñas, madrigueras para los conejos. 19Hizo la luna para los tiempos: El sol
conoce su ocaso. 20Pone las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las
bestias de la selva. 21Los leoncillos rugen tras la presa; Y para buscar de Dios su
comida. 22Sale el sol, se recogen, y se echan en sus cuevas. 23Sale el hombre a su
trabajo, y a su labranza hasta la tarde. 24¡Cuan innumerables son Tus Obras, Oh
Señor! Hiciste todas ellas con Sabiduría. La tierra está llena de Tus Beneficios.
25He allí el grande y anchuroso mar; en donde se mueven seres innumerables,
seres pequeños y grandes. 26Allí andan las naves; allí este leviatán que hiciste
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
para que jugase en él. 27Todos ellos esperan de Ti, para que les des su comida a
su tiempo. 28Les das, recogen; abres Tu Mano, se sacian de bien. 29Escondes Tu
Rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. 30Envías
Tu Espíritu, son creados; y renuevas la faz de la tierra. 31Sea la gloria del Señor
para siempre; alégrese el Señor en Sus Obras. 32Él mira a la tierra, y ella tiembla;
toca los montes, y humean. 33Al Señor cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré
salmos mientras viva. 34Dulce será mi meditación en Él; Yo me regocijaré en el
Señor. 35Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser.
Bendice alma mía, al Señor. Y repite: El sol conoce su ocaso. Pone las tinieblas, y es
la noche. ¡Cuan innumerables son tus obras, Oh Señor! Hiciste todas ellas con
sabiduría.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria sea a Ti, Oh Dios, (3 veces)
Oh Nuestro Dios y nuestra esperanza, Gloria a Ti.
Mientras tanto, en voz baja y desde el Santuario, el Sacerdote reza las siguientes Oraciones:
Primera Oración - “La Quinta de las Vísperas”
¡Señor, Oh Señor! Tú, Que en Tu mano pura sostienes a todas las cosas,
que prolongas Tu Paciencia para con todos nosotros, y que perdonas nuestros
pecados, acuérdate de Tu Compasión y de Tu Misericordia; Visítanos con Tu
Bondad y concédenos que, durante el resto del presente día, nos escapemos de
las maquinaciones diversas del maligno y guarda a nuestra vida de toda intriga,
por la Gracia de Tu Espíritu Santo.
Por la Misericordia y el Amor a la humanidad de Tu Hijo Unigénito,
con Quien eres bendito con Tu Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, Ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Segunda Oración - “La Sexta de las Vísperas”
¡Oh Dios Grande y Maravilloso! Tú que gobiernas a toda la Creación
con Tu Bondad Inefable y Abundante Providencia. Tú que nos has otorgado los
bienes terrenales, y por medios de las Gracias que se nos fueron dadas, nos ase-
guraste el Paraíso que nos prometiste. Tú, que en el tiempo que ha pasado de
este día, nos apartaste de todo mal, concédenos pasar, el tiempo restante del
día, sin mancha alguna ante Tu Santa Gloria; a nosotros que Te alabamos, Oh
nuestro Bondadoso Dios y Único Amante de la humanidad.
Porque Tú eres nuestro Dios, y a Ti glorificamos, Oh Padre, Hijo y Es-
píritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Tercera Oración - ‘La Séptima de las Vísperas’
¡Oh Dios Grande y Altísimo! El Único Inmortal, que habitas en la luz
inaccesible. Que has formado a toda la Creación con sabiduría, y has dividido
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
entre la luz y las tinieblas; que has puesto el sol para la soberanía del día y la
luna y las estrellas para la soberanía de la noche. Oh Tú que nos has hecho dig-
nos, a nosotros pecadores, de presentarnos en esta hora ante Tu Rostro, con la
confesión, y de ofrecerte la glorificación vespertina. Tú, Oh Señor, Amante de la
humanidad, dirige nuestra oración como incienso delante de Ti y recíbela como
aroma de rica fragancia. Concédenos que esta tarde y la noche entrante, sean
pacíficas. Revístenos con las armas de la luz; líbranos del temor nocturno y de
todo mal que se mueve en las tinieblas. Y danos el sueño, que nos has otorgado,
para el descanso de nuestra debilidad, exento de toda visión diabólica. ¡Sí, Oh
Soberano de todos y Dador de todo lo bueno! A fin de que, compungidos en
nuestros lechos, nos acordemos en la noche de Tu Nombre, y siendo iluminados
por la meditación de tus mandamientos, nos levantemos con un alma gozosa
para la glorificación de Tu Bondad, ofreciendo a Tu Ternura oraciones y súpli-
cas por nuestros pecados y por los pecados de todo Tu pueblo. Pues visítalo con
la misericordia, por la intercesión de la Santa Madre de Dios.
Porque Tú eres un Dios Bondadoso y Amante de la humanidad y a Ti
te glorificamos, Oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los si-
glos de los siglos. Amén.
Al terminar el Salmo Vespertino, el Diácono sale de la Puerta Norte del Santuario, y parado frente de la
Puerta Real, se inclina ante el Señor Obispo, y con voz alta, dice la Gran Letanía y a cada petición, el
Coro y el Pueblo responden:
Señor, ten piedad.
En paz, roguemos al Señor.
Por la paz que viene de lo alto y por la salvación de nuestras almas, ro-
guemos al Señor.
Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas Iglesias de
Dios y la unión de todas, roguemos al Señor.
Por este Santo Templo, y los que entran en él con fe, devoción y temor
de Dios, roguemos al Señor.
Por nuestro padre y (Patriarca, Metropolita, Arzobispo o Obispo
“...N...”) En este momento, el Sacerdote y el Diácono, cada uno desde su lugar, se inclinan ante el
Prelado, así lo hace todo el clero presente que le está rodeando, y mientras que este los bendice el coro
canta: “Por muchos años de vida Monseñor”; Y los venerables Presbíteros y los Diáco-
no Servidores en Cristo, y todo el Clero y el Pueblo, roguemos al Señor.
Por nuestros Gobernantes, y su ayuda en toda obra buena, roguemos al
Señor.
Por esta ciudad (o este Santo Monasterio / Convento) Y todos los Monasterios,
Conventos, ciudades, aldeas y países, y por los fieles que los habitan, roguemos
al Señor.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la tierra y
tiempos pacíficos, roguemos al Señor.
Por los que viajan por tierra, mar y aire, por los enfermos, afligidos,
cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.
Por nuestra liberación de toda opresión, ira, peligro y calamidad, ro-
guemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos Oh Dios,
por Tu Gracia.
Al conmemorar la Santísima, Pura, que excede todas las bendiciones, la
Gloriosa Soberana nuestra, la Madre de Dios (cada vez que el Diácono menciona “La Ma-
dre de Dios” se inclina ante el Icono de la Soberana, mientras que todos dicen: “Oh Santísima Madre
de Dios, sálvanos”), la Siempre Virgen María, con todos los Santos, encomendé-
monos a nosotros mismos, y mutua-mente los unos a los otros, y toda nuestra
vida a Cristo Dios. (Y cada vez que el Diácono menciona “Cristo Dios” se inclina ante el Icono
del Soberano, persignándose)
Todos: A Ti, Señor.
Sacerdote: Cuarta Oración - “La Primera de las Vísperas”
Oh Señor Compasivo, Misericordioso, de Infinita paciencia y abundan-
te misericordia; escucha nuestra oración y atiende a nuestra súplica; y has con
nosotros una señal para el bien. Guíanos en Tu Camino para que anduviéramos
en Tu Verdad. Alegra nuestros corazones para que temamos Tu Nombre Santo.
Porque Tú eres Grande y Obras maravillas. Tú eres el Único Dios, y no hay
quien Te semeja entre los dioses, eres Poderoso en la misericordia y Bueno en el
poder, para que auxilies, consueles y salves a todos los que confían en Tu Nom-
bre Santo.
Y en voz alta: Porque a Ti se debe toda Gloria, Honor y Adoración, Oh Pa-
dre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Todos: Amén.
KATÍSMATA
La Estijológia de los Salmos - Las Antífonas
(Ver ANEXO “A” página 43)
El Diácono entra al Santuario de la Puerta Sur. Y Mientras que el Lector lee La Katísmata
Décima Octava de los Salmos, sobre tres antífonas; el Sacerdote y el Diácono se lavan las manos sin
decir nada, ... El Diácono lleva la Patena, el Asterisco y el Velo del Altar a la Mesa Sagrada. Ambos
adoran tres veces ante la Mesa; y el Sacerdote levante el Santo Evangelio y lo pone al lado del Antimen-
sión; y como es de costumbre, abre el Antimensión y coloca la Patena encima. Se dirige al Tabernáculo
Sagrado, abre la puerta, inciensa tres veces, y entrega el incensario al Diácono que lleva una vela encen-
dida; luego adora y levanta la Caja Sagrada que contiene el Santo Cordero Presantificado, se dirige hacia
la Mesa Sagrado. Pues con mucha devoción abre la Caja Sagrada, levanta un Cordero, y con mucho
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
cuidado Lo coloca, cara arriba, sobre la patena; luego coloca el Asterisco y el Velo mientras diciendo:
“Por las Oraciones de nuestros Santos Padres, Oh Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros y
sálvanos. Amén.” Y tomando el incensario, inciensa tres veces, luego adora tres veces y con ambas
manos, levanta la Patena Sagrada encima de su cabeza y se dirige, detrás de la Mesa Sagrada, hacia el
Altar, precedido por el Diácono con el incensario y la vela; Pone la Patena Sagrada sobre el Altar y vier-
te Vino y Agua en el Cáliz Sagrado y lo cubre con el Velo, luego cubre los Sagrados con el Velo Grande
mientras dice: “Por las Oraciones de nuestros Santos Padres, ...”. Adora, pues besa los Sagrados e
inciensa tres veces al Altar, la Mesa Sagrada de cada lado y todo el Santuario; entrega el incensario al
Diácono, sierra el Antimensión y coloca el Santo Evangelio encima.
El Lector, mientras tanto, estará leyendo La Katísmata, y al terminar la Primera Estijológia
dice:
Gloria... Ahora... Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria sea a Ti, Oh Dios
(Tres veces)
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria... Ahora... Amén.
El Diácono sale de la Puerta Norte del Santuario, y parado frente de la Puerta Real -como lo
hemos anticipado- Dice la Letanía Pequeña.
Todos: Señor, ten piedad.
Una y otra vez, en paz, roguemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos Oh Dios,
por Tu Gracia.
Al conmemorar la Santísima, Pura, que excede todas las bendiciones,
Gloriosa Soberana nuestra, la Madre de Dios, la Siempre Virgen María, con to-
dos los Santos, encomendémonos a nosotros mismos, y mutua-mente los unos a
los otros, y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Todos: A Ti, Señor.
Sacerdote: Quinta Oración - “La Segunda de las Vísperas”
¡Oh Señor! No nos reprendas en Tu Furor ni nos castigues en Tu Ira, si-
no obra con nosotros según Tu Benevolencia, Oh Médico y Sanador de nuestras
almas. Guíanos hacia el puerto de Tu Voluntad. Ilumina los ojos de nuestros
corazones para el conocimiento de Tu Verdad, y concédenos que pasemos pací-
ficamente y sin pecado el resto de nuestro día y todo el tiempo de nuestra vida,
por las intercesiones de la Santa Madre de Dios y de todos los Santos. Y en voz
alta: Porque Tuyo es el Poder y Tuyos son el Reino, la Fuerza y la Gloria, Oh Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Y Lee la Segunda Estijológia, y termina como en la primera, luego el Diáco-
no hace la Letanía Pequeña y,
Sacerdote: Sexta Oración - “La Tercera de las Vísperas”
Oh Señor, Dios nuestro, acuérdate de nosotros pecadores e inútiles
siervos Tuyos, cuando invocamos Tu Santo Nombre, y no decepciones nuestra
esperanza en Tu Misericordia; Sino concédenos, Oh Señor, todo lo que pedimos
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
para la Salvación, y haznos dignos de amarte y temerte de todos nuestros
corazones y de cumplir, en todo, Tu Voluntad. Y en voz alta: Porque Tu eres un
Dios Bueno y Amante de la Humanidad, y a Ti glorificamos, Oh Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Y Lee la Tercera Estijológia, y termina como en la primera, luego el Diácono
hace la Letanía Pequeña y,
Sacerdote: Séptima Oración - “La Cuarta de las Vísperas”
Oh Tú, que eres alabado con himnos continuos y glorificaciones ince-
santes por las Potestades Santas, llena nuestra boca de Tu Alabanza, para que
magnifiquemos Tu Santo Nombre. Otórganos una participación y una herencia
con todos los que Te temen en verdad y conservan Tus Mandamientos, por las
intercesiones de la Santa Madre de Dios y de todos los Santos. Y en voz alta: Por-
que Tú eres, Oh Dios nuestro, Dios de la Misericordia y de la salvación, y a Ti
glorificamos, Oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos.
Coro: Amén. “¡Oh Señor, a Ti he clamado,...!
(Ver ANEXO “B” página 53)
Y lo que sigue de los salmos 140, 141, 129 y 116; con las Estijéras Idiómalas correspondientes del día.
Mientras tanto el Sacerdote bendice el incienso, como es costumbre, y el Diácono inciensa pri-
meramente Los Santos sobre el Altar, la Santa Mesa, el Santuario, y sobre “Que sea enderezada mi
Oración ante Ti como un incienso...” sale de la Puerta Norte, y en presencia del Señor Obispo, se
dirige hacia él diciendo: “Bendice, Señor, éste Incienso Santo” y mientras que el Obispo bendice, el
Diácono lo inciensa tres veces, luego al Iconostasio, al Oeste, al señor Obispo (tres veces tres), al Templo
y a todo el Pueblo, luego al señor Obispo (tres veces tres), al Iconostasio y entra al Santuario de la Puer-
ta Sur. Y al llegar el Cantor al: “Ahora y siempre...”
Diácono: “Roguemos al Señor - Señor, ten piedad.”
Sacerdote: La Oración del Isodión (La Entrada Pequeña)
En la tarde, en la mañana y al mediodía, Te alabamos, Te bendecimos, Te
agradecemos y Te suplica-mos, Oh Soberano de todos, el Señor, Amante de la
Humanidad. Endereza nuestra Oración como el incienso ante Ti, y no inclines
nuestros corazones hacia palabras o pensamientos malos; sino sálvanos de todos
aquellos que persiguen nuestras almas. Porque, Oh Señor, Señor, nuestros ojos
están elevados hacia Ti, y en Ti hemos confiado, pues no nos decepciones, Oh
Dios nuestro.
Y en voz alta: Porque a Ti se debe toda Gloria, Honor y Adoración, Oh Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Salen, el Diácono con el incensario seguido por el Sacerdote, -salvo si hay una lectura del Evan-
gelio, salen con el Santo Evangelio- en la Pequeña Procesión “El Isodón”. Y se repiten con el incienso
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
los mismos pasos anteriormente mencionados, salvo que en lugar de decir “Bendice, Señor, éste Incienso
Santo” se dice:
Diácono: “Bendice, Señor, ésta Entrada Santa”
El Obispo o el Sacerdote bendice hacia el Santuario diciendo:
“Bendita sea la entrada de Tus Santos, perpetuamente ahora y siempre
y por los siglos de los siglos.”
Diácono: Amén.
Una vez termina de incensar al Iconostasio, al Oeste, al Obispo (tres veces tres) y a todo el Clero
y el Pueblo, de vuelta inciensa al Obispo (tres veces tres) y al Iconostasio. Y parado frente la Puerta
Real, levantando en alto el Incensario -o el Santo Evangelio- y al terminar el canto a la Madre de Dios,
exclama:
“He aquí la Sabiduría, estemos de pie.”
E inciensa al señor Obispo, al Santuario y a los Iconos del Soberano y de la Soberana, mientras
tanto, el Coro o el que preside, canta o lee: “Oh Luz Radiante...” y al llegar a “Habiendo llegado a
la puesta del sol” el Diácono y /o el Sacerdote entran al Santuario.
Coro o el que preside: Oh Luz Radiante de la Gloria Santa del Padre Inmor-
tal. Oh Luz Celestial, Santa, Bendita, Oh Jesucristo. Habiendo llegado a la pues-
ta del sol y contemplando la Luz Vespertina; alabamos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, Un Solo Dios; Porque, en todos los tiempos, eres digno de ser
alabado con Voces Justas: Oh Hijo de Dios y Dador de Vida, Por lo tanto el
mundo Te Glorifica.
LAS LECTURAS SAGRADAS
(Ver ANEXO “C” página 95)
Diácono: Desde la Puerta Real exclama: Espéras (Tarde)
Lector: Prokímenon (Himno) de la Tarde en el Tono (Número) del Salmo
(Número), y lee el indicado.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de
(Génesis o Éxodo)
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee la lectura indicada y al terminar, dice: Prokímenon en el Tono (Número)
del Salmo (Número), y lee el indicado; y al final exclama: Kálifson o Manden.
El Sacerdote, llevando en su diestra una vela encendida y el Incensario debajo de ella, parado an-
te la Mesa Sagrada, hace con ellos la señal de la Santa Cruz exclamando:
Sabiduría. Estemos de pie.
Luego dándose vuelta hacia el Pueblo, que está de rodilla y haciendo otra vez la señal de la Cruz,
bendice y exclama:
La Luz de Cristo ilumina a todos.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Lector: Segunda Lectura del Libro de
(Proverbios o Job)
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee la indicada segunda lectura. Y al terminar,
Sacerdote: Llevando el incensario y el Diácono con una vela frente a él -del lado opuesto-, pa-
rado ante la Mesa Sagrada, inciensa despacio mientras cantado:
¡Que mi Oración, se endereza como incienso ante Ti, y la elevación de
mis manos sea como Ofrenda Vespertina!
Sacerdote: Inciensa el lado derecho de la Mesa Sagrado mientras exclama:
(Stíjo) Oh Señor, a Ti he clamado, escúchame. Escucha la voz de mi
súplica, cuando Te invocaré.
Coro y Pueblo: “¡Que mi Oración, ...”
Sacerdote: Y detrás de la Mesa Sagrado e inciensa mientras exclama:
(Stíjo) Pon, Oh Señor, guarda a mi boca, y una fortaleza vigía a la puerta
de mis labios.
Coro y Pueblo: “¡Que mi Oración, ...”
Sacerdote: Del lado izquierdo de la Mesa Sagrado mientras exclama:
(Stíjo) No dejes que tienda mi corazón a palabras malas, y a perpetrar
acciones de pecados.
Coro y Pueblo: “¡Que mi Oración, ...”
Sacerdote: Inciensa despacio el Altar de las Ofrendas mientras exclama:
(Stíjo) Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro y Pueblo: “¡Que mi Oración, ...”
Sacerdote: Se dirige hacia La Mesa Sagrada inciensa mientras exclama:
(Stíjo) Ahora y Siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Y mientras
sigue incensando, desde la Puerta Real, al Obispo o Trono, al Iconostasio, al Obispo y todo el Clero y
Pueblo, como de costumbre, canta: ¡Que mi Oración, se endereza como incienso ante
Ti, y la elevación de mis manos.
Coro y Pueblo: cantan la última parte:
Sea como Ofrenda Vespertina!
EN LAS FIESTAS CELEBRADAS
(En caso de que habrá conmemoración festín de algún Santo,
Ver ANEXO “D” página 127)
LA LETANÍA DE LA SÚPLICA FERVIENTE
El Diácono, sale de la Puerta Norte, y parado frente a la Puerta Real, canta la Ektanía (la Súplica
Ferviente) sino el Sacerdote estando frente de la Mesa Sagrada. Y a cada petición el Pueblo, con el Coro
responde:
Señor, ten piedad. (Tres veces)
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Digamos todos, de todas nuestras almas, y de todas nuestras mentes,
digamos: Oh Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, Te suplicamos, es-
cúchanos y ten piedad.
Ten piedad de nosotros, Oh Dios, según Tu Gran Misericordia, Te su-
plicamos, escúchanos y ten piedad.
También roguemos Por nuestro padre y (Patriarca, Metropolita, Arzo-
bispo o Obispo... Nombre...)
También roguemos por nuestros hermanos Presbíteros, Diáconos, Mon-
jes y Monjas, y por todos nuestros hermanos en Cristo.
También rogamos por la misericordia, vida, paz, salud y salvación de
los siervos de Dios, todos los Fieles Cristianos Ortodoxos, que habitan en esta
ciudad y los reunidos en este Santo Templo; Por sus comisiones laicas y sus be-
nefactores, y para su visitación, perdón y remisión de sus pecados.
También rogamos por los Bienaventurados y Siempre conmemorados,
los que construyeron este Santo Templo, y por todos los fieles difuntos, de
nuestros padres y hermanos ortodoxos, que yacen aquí y en todo lugar.
También rogamos por los que ofrecen los frutos y favorecen a este San-
to y Venerabilísimo Templo, por los sirven y cantan en él; Y por todo este pue-
blo presente que espera de Ti las Grande y Rica Misericordia.
Sacerdote: La Oración de la Súplica:
Oh Señor, Dios nuestro, recibe de Tus siervos esta súplica ferviente y ten
piedad de nosotros según Tu Gran Misericordia; y derrama Tus Compasio-nes
sobre nosotros y sobre todo Tu pueblo, que espera de Ti la abundante
Misericordia.
Y en voz alta: Porque Tu eres un Dios Misericordioso y Amante de la
Humanidad, y a Ti glorificamos, Oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
LA LETANÍA DE LOS CATECÚMENOS
El diácono canta la letanía y a cada petición el pueblo responde:
Señor, ten piedad.
Catecúmenos, orad al Señor,
Fieles, roguemos por los catecúmenos,
Para que el Señor tenga piedad de ellos,
Y los instruya con la Palabra de la Verdad,
Y les revela el Evangelio de la Justicia,
Y los una a Su Iglesia; La Santa, Católica y Apostólica,
Sálvalos, apiádate de ellos, socórrelos y guárdalos, Oh Dios, con Tu
Gracia,
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Catecúmenos, inclinad vuestras cabezas ante el Señor.
Todos: Ante Ti, Señor.
Mientras tanto, el Sacerdote levanta el Santo Evangelio, hace con él la señal de la Cruz sobre el
Antimensión y lo pone detrás de él, diciendo la siguiente Oración,
“Oración de los Catecúmenos antes de abrir el Antimensión”
Oh Dios, Dios nuestro, Creador y Hacedor de Todo. Tú que quieres que
todas las gentes se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Mira a Tus
siervos los catecúmenos y líbralos del antiguo error y del engaño del adversario;
llámalos a la vida eterna, iluminando sus almas y sus cuerpos, y cuéntelos entre
Tu rebaño racional que es llamado con Tu Santo Nombre.
Y en voz alta: A fin de que, junto a nosotros, glorifiquen Tu Honorabilísimo y
Magnífico Nombre, Oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Diácono: Sigue con la Letanía de despedida a los Catecúmenos, mientras que el Sacerdote abre el
Antimensión:
Oh todos los Catecúmenos Salid.
Oh Catecúmenos, salid.
Todos: Señor, ten piedad.
Que será repetida después de cada petición
Nótese que a partir del Miércoles - de la mitad de Cuaresma (es decir el miércoles cuarto
del Ayuno) y hasta el Gran Miércoles de la Semana Santa, el Diácono agrega las siguiente peticio-
nes para aquellos que están preparándose para la Iluminación Santa:
Oh todos los que están preparándose para la iluminación, salid. Voso-
tros que estáis preparados para la iluminación, orad al Señor;
Oh fieles, por los hermanos preparados para la santa iluminación y por
su salvación, roguemos al Señor;
Para que el Señor, Dios nuestro, los afirme y los fortalezca, roguemos al
Señor;
Para que los ilumine con la Luz del conocimiento y de la buena adora-
ción, roguemos al Señor;
Para que los haga dignos, en el tiempo oportuno, del Baño del nuevo
nacimiento, el perdón de los pecados y de la vestidura de la incorruptibilidad,
roguemos al Señor;
Para que los haga renacer por el Agua y el Espíritu, roguemos al Señor;
Para que les otorgue la plenitud de la Fe, roguemos al Señor;
Para que les cuente entre Su Santo y Elegido Rebaño, roguemos al Se-
ñor;
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Sálvalos, ten piedad de ellos y guárdalos, Oh Dios, con Tu Gracia.
Vosotros los que estáis preparados para la iluminación, inclinad vues-
tras cabezas ante el Señor.
Todos: Ante Ti, Señor.
Sacerdote: “La Oración de los Preparados para la iluminación”
Oh Maestro, revela Tu Rostro a los que están preparados para la Santa
Iluminación; los que anhelan alejar de ellos las manchas del pecado. Ilumina sus
mentes. Confírmalos en la fe. Afirma-los en la esperanza. Perfecciónalos en el
amor y manifiéstalos como miembros honorables de Tu Cristo; Quien entrego a sí
Mismo como redención de nuestras almas.
Y en voz alta: Porque Tu eres nuestra iluminación y a Ti glorificamos, Oh
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Diácono: Oh todos los que están preparándose para la iluminación, salid.
Vosotros que estáis preparados para la iluminación salid,
Oh todos los Catecúmenos Salid. Que no quede ninguno de los Cate-
cúmenos.
Y sigue con la petición para los fieles:
LA LETANÍA DE LOS FIELES
Oh todos los fieles, una y otra vez, roguemos al Señor.
Ampáranos, Sálvanos, Ten piedad de nosotros y guárdanos, Oh Dios
con Tu Gracia. Sabiduría!
Sacerdote:
“Primera Oración de los fieles, después de abrir el Antimensión”
Oh Dios Majestuoso Alabadísimo, Tú que por la muerte vivificadora de
Tu Cristo nos trasladaste de la corruptibilidad a la incorrupción, Tú, Oh Dios,
libera todos nuestro sentidos de los vicios mortales; establecién-doles a la Razón
Interna como buena guía. Mas, que nuestros ojos huyan de toda escena maligna y
que nuestros oídos no sean resonados por palabras vanas, y que nuestras lenguas
sean alejadas de la habladuría inconveniente. Purifica, Oh Señor, nuestros labios
que Te están alabando. Haz que nuestras manos sean alejadas de las obras malas,
haciendo solamente lo que a Ti, Te complace; Y fortifica, por Tu Gracia, todos
nuestros miembros y nuestra inteligencia.
Y en voz alta: Porque a Ti se debe toda Gloria, Honor y Adoración, Oh Pa-
dre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
El Diácono: continua:
Una y otra vez, en paz, roguemos al Señor.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Ampáranos, Sálvanos, Ten piedad de nosotros y guárdanos, Oh Dios
con Tu Gracia. Sabiduría!
Sacerdote: “Segunda Oración de los fieles”
Oh Soberano, Santo y de Excelsa Bondad, Te suplicamos a Ti, Que eres
Rico en misericordia, que seas Compasivo con nosotros pecadores y nos haces
dignos de recibir a Tu Hijo Unigénito y Dios nuestro, el Rey de la Gloria. Pues he
aquí, que Su Cuerpo Puro y Su Sangre Vivificadora pasan, trasladándose en este
momento, para ser puestos sobre esta Mesa Mística, escoltados, invisible-mente,
por multitudes de legiones celestiales. Concéde-nos pues, que los comulguemos
sin reproche, para que las pupilas de nuestra mente sean iluminadas, haciéndo-
nos hijos de la Luz y del día.
Y en voz alta: Por el Don de Tu Cristo, con Quien eres bendito, junto con Tu
Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Todos: Amén.
LA ENTRADA CON LAS OFRENDAS
En lugar del Himno a los Querubines, el coro canta el siguiente himno:
Ahora las Potestades Celestiales, invisiblemente, celebran con nosotros.
Porque, he aquí, el Rey de la Gloria, entra pasando.
Sacerdote: En lugar de la Oración a los Querubines, recita el mismo:
Ahora las Potestades Celestiales, invisiblemente, celebran con nosotros.
Porque, he aquí, el Rey de la Gloria, entra pasando.
Diácono: He aquí se escolta el Sacrificio Místico, ya santificado. Acer-
quémonos pues, con fe y anhelo, para que seamos partícipes de la Vida Eterna.
Aleluya.
El Sacerdote, en primer lugar, inciensa al Altar, luego la Mesa Sagrada de sus cuatro lados, el
Santuario, el Iconostasio, el Obispo o Trono, el Templo y todo el Pueblo como es costumbre, mientras
diciendo el Salmo 50 (Piedad de mí, Oh Dios...) -en su totalidad- Y junto al Diacono, Adoran, besan
el Antimensión y piden el perdón de los presentes y se dirigen hacia el Santo Altar. El Sacerdote incien-
sa los Santificados, pues ambos adoran diciendo: “Oh Dios, perdóname, a mí pecador y ten piedad
de mí”. El Sacerdote levanta el Velo Grande y cubre con el su cabeza, y con mucha reverencia, levanto
los Santificados (La patena y el Cáliz) mientras que el Diácono, con el incensario y una vela, va delante
de él incensando, salen de la Puerta del Norte y entran de la Puerta Real, mientras que el Sacerdote, en
voz baja, repite: “Por las Oraciones de nuestros Santos Padres...” y al entrar al Santuario, pone los
Santificados sobre la Mesa Sagrada, saca los Velos del Cáliz y de la Patena, el Diácono inciensa el Velo
Grande que estaba sobre su cabeza, y el Sacerdote, cubre con ello los Santificados, inciensa y adora tres
veces junto al Diácono mientras que el Coro sigue con el himno:
Coro: He aquí se escolta el Sacrificio Místico, ya santificado. Acerquémo-
nos pues, con fe y anhelo, para que seamos partícipes de la Vida Eterna. Alelu-
ya.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
LAS SÚPLICAS - ORACIÓN AL SEÑOR
Sale el Diácono de la Puerta Norte a su lugar ante la Puerta Real, y canta la Súplicas Vesperti-
nas. Mientras que el Sacerdote, de pie ante la Mesa Sagrada, reza la siguiente Oración de los Dones:
Oh Dios de los Misterios Invisibles e Inefables, que conservas los tesoros
ocultos, tesoros de la sabiduría y del conocimiento; Oh Tú que nos revelaste el
Oficio de esta Liturgia y nos instalaste, a nosotros pecadores, por la abundancia
de Tu Amor a la humanidad, para que Te ofrezcamos dones y sacrificios por
nuestros pecados y por las ignorancias del pueblo. Tú mismo, Oh Rey invisible,
Obrador de las grandiosas e insondables cosas, y hacedor de las innumerables
maravillas gloriosas. Míranos, a nosotros Tus indignos y pecadores siervos; que
como si fuéramos ante Tu Trono Querúbico, nos comparecemos ante este Tu San-
to Altar, sobre el cual reposa Tu Hijo Unigénito, Dios nuestro, en estos Misterios
Temibles depositados sobre el. Líbranos, a nosotros y a Tu Pueblo Fiel de toda
impureza; y santifica todas nuestras almas y nuestros cuerpos con una santifica-
ción que no será quitada. A fin de que, comulgando de estos Divinos Santos Sa-
cramentos, con una conciencia pura, un rostro no avergonzado y un corazón
iluminado; vivamos por Ellos y nos unamos con Tu Cristo Mismo, nuestro Dios
Verdadero que dijo: “El que come Mi Cuerpo y bebe Mi Sangre, permanece en Mí
y Yo en él”. Así que, habitando Tu Verbo en nosotros, Oh Señor, y andando entre
nosotros, nos convertimos en Templo de Tu Adorado Santísimo Espíritu; libera-
dos de todo engaño diabólico sea este por palabra, obra o pensamiento. Y obten-
gamos los bienes que nos fueron prometidos, juntos a todos Tus Santos que Te
complacieron desde los siglos. Mientras tanto, el Diácono canta las siguientes súplicas, y a cada
una el Pueblo contesta:
Señor, ten piedad.
Competemos nuestra súplica vespertina al Señor.
Por estos Preciosos Dones Presantificados ofrecidos, roguemos al Señor.
Para que nuestro Dios Amante de la humanidad, quien Los recibió en Su
Santo, Celestial y Místico Altar, como olor de una rica fragancia espiritual, nos
envíe a cambio de ello la Gracia Divina y el Don del Espíritu Santo, roguemos al
Señor.
Para nuestra liberación de toda aflicción, ira, peligro y necesidad,
roguemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, Oh Dios, con
Tu Gracia.
Y a las siguientes súplicas contestamos
Todos: Concédelo, Señor.
Que toda esta tarde sea perfecta, santa, pacífica y sin pecado, pidamos
al Señor.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Un Ángel de paz, fiel guía, custodio de nuestras almas y de nuestros
cuerpos, pidamos al Señor.
El perdón de nuestros pecados y la remisión de nuestras transgresio-
nes, pidamos al Señor.
Lo bueno y conveniente para nuestras almas y la paz para el mundo,
pidamos al Señor.
Terminar en paz y penitencia el tiempo restante de nuestra vida, pida-
mos al Señor.
Que el fin de nuestra vida sea cristiano, pacífico, sin aflicción y sin ver-
güenza; y una respuesta buena ante el Tribunal Temible de Cristo, pidamos al
Señor.
Habiendo pedido la unión de la fe y la comunión del Espíritu Santo,
encomendémonos a nosotros mismos, y mutuamente los unos a los otros, y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Todos: A Ti, Señor.
Sacerdote: Haznos dignos, Oh Soberano, de que confiadamente y sin
reproche, nos atrevamos a llamarte Padre, a Ti, Oh Dios Celestial, y a decir:
Todos: Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre,
venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el Cie-
lo. Nuestro pan substancial dánoslo hoy, y perdónanos nuestras deudas así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación,
más líbranos del mal.
Aquí, el Diácono cambia la posición de su Orarion, haciéndolo en forma de Cruz sobre su pecho
y su espalda.
Sacerdote: Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Oh Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Sacerdote: La Paz sea a todos vosotros.
Todos: Y a tu espíritu.
Diácono: Inclinemos nuestras cabezas al Señor.
Todos: A Ti, Señor.
Sacerdote: La Oración de la Inclinación de las cabezas
Oh Dios, el Único, Bueno y Compasivo, que habitas en las alturas y miras
sobre los que están abajo; mira con ojo de ternura a todo Tu pueblo y protégelo; y
haznos dignos de participar sin reproches de estos Tus Misterios Vivificadores;
porque a Ti hemos inclinado nuestras cabezas, esperando de Ti la abundante
misericordia.
Y en voz alta: Por la Gracia, la Clemencia y el amor a la humanidad de Tu
Hijo Unigénito, con Quién eres bendito junto con Tu Santísimo, Bueno y Vivifi-
cador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Todos: Amén.
LA PARTICIÓN - LA UNIÓN - LA COMUNIÓN
Sacerdote: Oh Señor Jesucristo, Dios nuestro, escucha, desde Tu Santa Mo-
rada y desde el Trono de la Gloria de Tu Reino, y ven a santificarnos, Tú que en
los alto estás sentado con el Padre; y estás aquí presente con nosotros invisible-
mente; y acepta darnos con Tu Mano Poderosa, la comunión de Tu Cuerpo Pu-
ro y Tu Sangre Preciosa, y por nosotros a todo Tu Pueblo.
Sacerdote y Diácono: Hacen tres Metanías, cada una desde su lugar, diciendo cada vez: “Oh
Dios, perdóname, a mí pecador, y ten piedad de mí.”
Diacono: Atendamos.
El Sacerdote, mete su mano debajo del Velo, siendo los Santos cubiertos, y con atención y devo-
ción toca el Santo Pan y sin levantarlo dice: Los Santos1 Presantificados, a los Santos.
Todos: Un solo Santo, un solo Señor, Jesucristo; Por la Gloria de Dios Pa-
dre. Amén.
Mientras que el coro está cantando el siguiente Quenenikón o el Himno de la Comunión:
Gustad y ved ¡Qué Bueno es el Señor! Aleluya. (Tres veces) 2
El Diácono entra al Santuario de la Puerta Sur, y se para a la diestra del Sacerdote que, en este
momento levanta el Velo Grande, lo dobla y levanta el Asterisco, poniendo a ambos encima de los otros
Velos.
Diácono: Parte, señor, el Santo Pan.
El Sacerdote, con mucho cuidado, levanta el Cordero Consagrado y partiéndolo en cuatro partes
los pone sobre la Patena de este modo mientras diciendo:
ΙΣ
ΝΙ ΚΑ
ΧΣ
Es partido y fraccionado el Cordero de Dios, Quien es partido y no di-
vidido; siempre comido y no consumido, pero santifica a los que de Él partici-
pan.
Diácono: Con el Orarion en alto, señala el Cáliz, diciendo:
Completa, Señor, el Santo Cáliz.
Sacerdote: Levanta la parte superior (ΙΣ) -sobre la esponja- la lleva hasta el Cáliz y haciendo con
Ella la señal de la Cruz, la deposita en el Cáliz, diciendo:
1- Es más correcto decir “Los Consagrados Presantificados a los Santos”
2- Para resumir, se acostumbró de recitar aquí los Salmos 33 ‘34’ y 144
La Plenitud del Espíritu Santo.
Diácono: Amén. Y llevando el agua caliente, dice al Sacerdote: Bendice, señor, el
agua caliente.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Sacerdote: Bendiciendo el agua, dice: Bendito sea el fervor de Tus Santos, perpe-
tuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Diácono: Vierte el agua caliente adentro del Cáliz en forma de Cruz, diciendo: El fervor
del Espíritu Santo. Amén.
Y inclinándose la cabeza ambos, Sacerdote y Diácono oran en voz baja:
En Tu Mística Cena, Oh Hijo de Dios, recíbeme hoy como participante,
porque no revelaré Tu Misterio a Tus enemigos y no Te daré un beso falso como
Judas, sino como el ladrón Te confieso exclamando: Acuérdate de mí, Oh Señor,
en Tu Reino.
Pues el Sacerdote pide el perdón al Diácono, se da vuelta hacia el pueblo, e inclinándose, pide el
perdón de todos.
Sacerdote: ¡He aquí, me acerco de Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios In-
mortal!
y fraccionando la parte Inferior (ΧΣ) para la comunión del Clero, con atención y devoción toma
una Parte de la misma y comulga diciendo:
Yo, el indigno Presbítero (Nombre) se me da a mí el Santo y Precioso
Cuerpo de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo, para el perdón de mis pe-
cados y para la Vida Eterna.
Y tomando con su diestra otra parte del Santo Pan, encima de la Patena y la Esponjita que lleva
en la mano izquierda, dice:
Diácono, acércate.
Diácono: ¡He aquí, me acerco. Dame, Señor.
Y acercándose del lado izquierdo del Sacerdote, con la palma de su diestra encima de la de su iz-
quierda, en forma de Cruz; recibe el Santo Pan, mientras que el Sacerdote dice:
El Diácono (Nombre) recibe el Santo y Precioso Cuerpo de nuestro Señor,
Dios y Salvador Jesucristo, para el perdón de sus pecados y para la Vida Eterna.
El Diácono besa la mano del Sacerdote, va detrás de la Mesa Sagrado y comulga, con devoción el
Precioso Cuerpo que está en su palma, y se para al lado de la Mesa. Mientras, el Sacerdote, llevando el
Cáliz Sagrado con el Kalíma (el pañuelo rojo), y comulgando -tres sorbos- dice:
Yo, el indigno Presbítero (Nombre) también se me da a mí la Preciosa,
Santa y Vivificadora Sangre de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo, para
el perdón de mis pecados y para la Vida Eterna. Pues dice: En el Nombre del Pa-
dre (Toma el primer sorbo) Amén. Y del Hijo (Toma el segundo sorbo) Amén. Y del Espíri-
tu Santo (Toma el tercer sorbo), Perpetuamente, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.
Y con el Kalíma, seca el borde del Cáliz y sus labios; y besa el Cáliz, diciendo:
Éste, tocó mis labios, pues quitará mis iniquidades y me purificará de
mis pecados.
Y convocando nuevamente al Diácono, dice:
Diácono, acércate otra vez.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
El Diácono acerca del lado izquierdo, pasa la esponjita sobre su palma encima de la Patena,
diciendo:
¡He aquí, me acerco. Dame, Señor.
El Sacerdote entrega al Diácono la punta del Kalíma, que apoyándolo con su mano izquierda lo
pone debajo de su mentón, agarrando el Cáliz de su parte inferior con su derecha, para inclinarlo, según
lo necesario, ayudando al Sacerdote, mientras éste, dándole tres sorbos dice:
El Diácono (Nombre) recibe también la Preciosa, Santa y Vivificadora
Sangre de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo, para el perdón de sus pe-
cados y para la Vida Eterna. Tal como lo hizo él En el Nombre del Padre (Primer sorbo)
Amén. Y del Hijo (Segundo sorbo) Amén. Y del Espíritu Santo (Tercer sorbo), Perpe-
tuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Y con el Kalíma, seca el borde del Cáliz y sus labios; y besando el Cáliz y la mano del Sacerdote
que le dice:
Éste, tocó tus labios, pues quitará tus iniquidades y te purificará de tus
pecados.
El Sacerdote pone el Cáliz Sagrado sobre la Mesa, dejando que el Diácono cortara lo que quedó
del Cordero Santo en partes pequeñas para la comunión del pueblo, y después de depositar con atención
y devoción todas las partes y partículas en el Cáliz Sagrado (secando la Patena con la esponjita encima
del Cáliz), lo cubre con el Kalíma. El Sacerdote, toca sobre la Patena con la punta del Asterisco para que
el coro cese de cantar el Quenenikón o el Himno de la Comunión. El Sacerdote entrega el Cáliz al Diá-
cono, que lo eleva y lo manifiesta al pueblo, diciendo:
¡Con Temor de Dios, con Fe y con Amor, acercaos!
Todos: Amén. Amén.
Coro: Dios, el Señor, se nos ha manifestado. ¡Bendito el que viene en el
nombre del Señor!
El Sacerdote recibe del Diácono el Cáliz Sagrado y comulga al pueblo, mientras que el Diácono,
parado a su izquierda, ayudándole, lleva la punta del Kalíma hasta debajo del mentón de cada comulgan-
te. Y el Sacerdote dice a cada uno:
Cuerpo y Sangre de (Nuestro Señor) Jesucristo. Y, después de la Comunión de todos,
añade: Para el perdón de los pecados y para la Vida Eterna.
Durante la Comunión el Coro canta:
En Tu Mística Cena, Oh Hijo de Dios, recíbeme hoy como participante,
porque no revelaré Tu Misterio a Tus enemigos y no Te daré un beso falso como
Judas, sino como el ladrón Te confieso exclamando: Acuérdate de mí, Oh Señor,
en Tu Reino. Y / o otros himnos y Salmos.
Una vez terminada la Comunión, el Sacerdote tapa el Cáliz Sagrado con el Kalíma, y mante-
niéndolo con su mano izquierda, bendice -Nótese que si el señor Obispo está presente, es a él de exclamar
y bendecir- al pueblo con su diestra diciendo:
Salva, Oh Dios, a Tu Pueblo y bendice Tu Heredad.
Todos: Bendeciré al Señor en todo tiempo; y Su Alabanza está siempre en
mi boca. El Pan Celestial y el Cáliz de la Vida gustad; y mirad cuan Bueno es el
Señor. Aleluya. Aleluya. Aleluya.
20
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
El Sacerdote y el Diácono regresan al Santuario, el Sacerdote pone el Cáliz sobre la Mesa Sagra-
do, cubierto con el Kalíma; pone los Velos, el Asterisco y la Lanceta sobre la Patena Sagrada, y toma el
incensario del Diácono y inciensa los Santos tres veces, mientras este le dice:
Diácono: Eleva, Señor.
Sacerdote: Elévate, Oh Dios nuestro, sobre los Cielos; y que Tu Gloria sea
sobre toda la tierra.
Pues entrega la Patena que lleva los Velos, el Asterisco y la Lanceta, al Diácono, que elevándo-
la a nivel de su frente, la lleva y la deposita sobre el Altar. Y cambia el Orarion a su forma original como
al inicio de la Liturgia. El Sacerdote levanta luego el Cáliz, cubierto con el Kalíma, y mirando hacia el
pueblo, lo eleva diciendo:
Perpetuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Y se dirige hacia el Sagrado Altar, en donde lo pone y regresa ante la Mesa Sagrada, mientras
tanto,
Todos: Amén. ¡Que nuestra boca se llene de Tu alabanza, Señor! Para que
cantemos Tu gloria, porque nos has hecho dignos de participar de Tus Santos
Misterios. Consérvanos en Tu Santidad, para que cantemos todo este día Tu
Verdad. Aleluya.
LA ACCIÓN DE GRACIAS
El Diácono sale de la Puerta Norte y toma su lugar frente a la Puerta Real, diciendo:
Habiendo recibido con rectitud los Divinos, Santos, Puros, Inmortales,
Celestiales, Vivificadores y Temibles Misterios de Cristo, demos dignamente
gracias al Señor.
Todos: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, Sálvanos, Ten piedad de nosotros y guárdanos, Oh
Dios con Tu Gracia.
Todos: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo pedido que toda esta tarde sea perfecta, santa, pacifi-
ca y sin pecado, encomendémonos a nosotros mismos, y mutuamente los unos a
los otros, y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Todos: A Ti, Señor.
El Diácono entra de la Puerta sur, y mientras tanto, el Sacerdote dobla cerrando el Antimen-
sión. Mientras haciendo la siguiente Oración de después de la Comunión:
¡Oh Dios y Salvador de todos! Te agradecemos por todos los bienes que
Tú nos has otorgado, y por la comunión del Cuerpo Santo y la Sangre Santa de
Tu Cristo; y a Ti suplicamos, Oh Soberano Amante de la Humanidad, que nos
proteges pajo la sombra de Tus Alas, y nos que otorgas comulgar dignamente
de Tus Santos, hasta el último aliento de nuestra vida; para la iluminación del
alma y del cuerpo y la herencia del Reino Celestial.
Y levantado verticalmente el Santo Evangelio, con ambas manos, hace con el la señal de la Cruz
sobre el Antimensión, lo besa y lo pone encima de ello mientras exclama:
21
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Y en voz alta: Porque Tu eres nuestra santificación y a Ti glorificamos, Oh
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
LA DESPEDIDA - APÓLISIS
Mirando hacia el pueblo, el Sacerdote dice:
Salgamos en Paz.
Todos: En el Nombre del Señor.
Diácono: Roguemos al Señor.
Todos: Señor, ten piedad.
El Sacerdote, sale de la Puerta Real, y ante el Icono del Soberano recita en voz alta la Oración
fuera del Ambón (el estrado ante el Icono)
Sacerdote: Oh Soberano, Todopoderoso, que con Tu Sabiduría hiciste toda la
Creación, y por Tu Inefable Providencia y por Tu Abundante Bondad, nos hiciste
llegar a estos venerabilísimos días, para la purificación de las almas y los cuerpos,
y la abstinencia para con los deseos, y para la esperanza de la Resurrección. Tú
que durante los cuarenta días grabaste, para Tu servidor Moisés, con Tu Mano
sobre dos tablas, los Mandamientos Divinos; Concédenos, Oh Bondadoso, a noso-
tros también, combatir el buen combate, concluir el periodo del Ayuno, conservar
la fe integra e inquebrantable, aplastar las cabezas de las invisibles dragones, ma-
nifestarse como vencedores del pecado y llegar a prosternarse sin juicio ante la
Santa Resurrección. Porque Bendito y Glorificado es Tu Venerabilísimo y Ma-
jestuoso Nombre, Oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los si-
glos de los siglos.
Todos: Amén.
¡Bendito sea el Nombre del Señor! Desde ahora y hasta el fin de los si-
glos. (Tres veces)
Mientras tanto, el Sacerdote se dirige hacia el Altar Sagrado y recita la siguiente Oración:
Oh Señor Dios nuestro, Tú que nos hiciste llegar a estos Venerabilísi-
mos días y ser partícipes de Tus Temibles Misterios; únenos a Tu rebaño racio-
nal y manifiéstanos herederos de Tu Reino, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.
Diácono: Roguemos al Señor.
Todos: Señor, ten piedad.
El Sacerdote -en caso no está presente el señor Obispo- bendice al pueblo desde la Puerta Real,
diciendo:
22
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
La Bendición del Señor y Su Misericordia desciendan sobre vosotros,
por Su Gracia Divina y Amor a la Humanidad, perpetuamente, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
El Sacerdote hace la Apólisis de la Liturgia Diciendo:
Oh Cristo nuestro Dios Verdadero, por las intercesiones Tu Santísima y
Purísima Madre exenta de toda mancha; Y por el Poder de la Venerable y Vivi-
ficadora Cruz; Y por las Oraciones de los Poderes Celestiales Incorpóreos; Y por
las súplicas del Venerable y Glorioso Profeta Precursor Juan el Bautista; Y por
los Honorables Loables y Alabadísimos Apóstoles, los Gloriosos Triunfadores
Santos Mártires, nuestros Teóforos Padres Revestidos de Dios, por nuestro Pa-
dre entre los Santos, San Gregorio el Diálogo Papa de Roma, y San / Santa
(Nombre) Patrono /a de este Santo Templo, y los Antepasados de Cristo Dios, San
Joaquín y Santa Ana, y San / Santa (Nombre) cuya conmemoración celebramos
hoy; Y por todos los Santos, ten piedad de nosotros y sálvanos, porque eres un
Dios Bondadoso y Amante de la Humanidad.
El Diacono, se dirige hacia el Altar Sagrado para la consumición de lo que quedó en el Cáliz Sa-
grado. Y saca su Ornamento. Mientras tanto, el Obispo o el Sacerdote, imparte el Pan Bendecido ante-
riormente, durante la Divina Liturgia del sábado o del domingo, bendiciendo a cada uno de los fieles,
diciéndole:
La Bendición del Señor y Su Misericordia desciendan sobre ti.
Mientras tanto, el Lector lee el Salmo (33) 34 “Bendeciré al Señor en todo tiempo...” y el
Salmo (144) 145 “Yo Te ensalzo, Oh Rey Dios mío...” y la Oración de Acción de Gracias. Y En
Presencia del señor Obispo, estando en el Trono y rodeado del Clero, mientras que él bendice, el coro
todo el clero y el pueblo cantan:
Conserva, Oh Señor, a Nuestro Pastor y Patriarca /Metropolita /Arzobispo
o Obispo, por muchos años.
Muchos Años de vida, Monseñor. (Tres veces)
En caso que está celebrando el Señor Obispo, dice:
Por las Oraciones de nuestros Santos Padres, Oh Señor Jesucristo, ten
piedad de nosotros y sálvanos. Y el Sacerdote añade:
Por las Oraciones de nuestro Santo Padre, Oh Señor Jesucristo, ten pie-
dad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.
23
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
“ ANEXO ‘A’ ”
KATÍSMATA “18”
Para ser leída durante
DE LA DIVINA LITURGIA DE LOS DONES
PRESANTIFICADOS
La Katísmata 18 está constituida de los Salmos (119 ‘120’ hasta 133 ‘134’ inclui-
do),
que será leída una vez terminada la Letanía Grande, y en tres antífonas.
Queda a disposición de quien preside
-el señor Obispo particularmente-
de resumirla, según la cantidad de los lectores y el tiempo disponible.
Aquí la presentamos completa, en tres partes. En caso se desea resumirla, será leída
solamente la parte
destacada con ‘Negrita o la que no está en
cursiva’, que ha sido indicada por el señor Arzobispo.
La mayaría se acostumbraron a leer la tercera
Antífona solamente.
PRIMERA ANTÍFONA
SALMOS 119 ‘120’ AL 123 ‘124’
1Hacia el Señor, cuando en angustia me encontraba, clamé, y Él me
respondió. 2¡Oh Señor, libra mi alma, del labio mentiroso, de la lengua tram-
posa!. 3¿Qué te dará y qué te añadirá, lengua tramposa? 4¡Flechas de guerre-
ro afiladas, con brasas de retama! 5¡Qué desgracia para mí, que peregrino en
Mések, morar en las tiendas de Quedar! 6Harto ha vivido ya mi alma con los
que odian la paz. 7Que si yo hablo de paz, ellos prefieren guerra.
1Alzo mis ojos a los montes, ¿De dónde vendrá mi auxilio? 2Mi
auxilio me viene del Señor, Que hizo el cielo y la tierra. 3¡No deje Él tu pie ti-
tubear tu pie! ¡No duerme tu guardián! 4No, no duerme ni dormita el guar-
dián de Israel. 5El Señor es tu guardián, tu sombra, el Señor, a tu diestra.
6De día el sol no te hará daño, Ni la luna de noche. 7El Señor te guarda de to-
do mal; Él guarda tu alma. 8El Señor guarda tus salidas y tus entradas, desde
ahora y por siempre.
1¡Oh que alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa del Señor!
2¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén! 3Jerusalén,
construida cual ciudad de compacta armonía. 4A donde suben las tribus, las
24
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
tribus del Señor, es para Israel el motivo de dar gracias al nombre del Señor.
5Porque allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David.
6Pedid la paz para Jerusalén. ¡En calma estén tus tiendas, 7Haya paz en tu
muros, en tus palacios calma! 8Por amor de mis hermanos y de mis amigos,
quiero decir: ¡La paz contigo! 9Por amor de la casa del Señor nuestro Dios,
ruego por tu ventura.
1A ti levanto mis ojos, Tú que habitas en el cielo; 2Míralos, como los
ojos de los siervos en la mano de sus amos. Como los ojos de la sierva en la
mano de su señora, así nuestros ojos en el Señor nuestro Dios, hasta que se
apiade de nosotros. 3¡Ten piedad de nosotros, Oh Señor, ten piedad de noso-
tros, que estamos saturados de desprecio! 4¡Nuestra alma está por demás sa-
turada del sarcasmo de los satisfechos. (¡El desprecio es para los soberbios!)
Si el Señor no hubiera estado por nosotros, --que lo diga Is-
rael-- 2Si el Señor no hubiera estado por nosotros, cuando contra noso-
tros se alzaron los hombres, 3Vivos entonces nos habrían tragado en el
fuego de su cólera. 4Entonces las aguas nos habrían anegado, habría
pasado sobre nosotros un torrente, 5Habrían pasado entonces sobre
nuestra alma aguas voraginosas. 6¡Bendito sea el Señor que no nos
hizo presa de sus dientes! 7Nuestra alma como un pájaro escapó del
lazo de los cazadores. El lazo se rompió y nosotros escapamos;
8Nuestro socorro en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Gloria... Ahora... Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya, ¡Gloria a Ti, Oh Dios!
¡Señor, ten piedad! (Tres veces)
Gloria... Ahora... Amén.
SEGUNDA ANTÍFONA
SALMOS 124 ‘125’ AL 128 ‘129’
1Los que confían en el Señor son como el monte Sión que es incon-
movible estaba para siempre. 2¡Jerusalén, de montes rodeada! Así el Señor ro-
dea a su pueblo desde ahora y por siempre. 3Jamás ha de caer el cetro de
impiedad sobre la suerte de los justos; Para que los justos no alegren a la
maldad su mano. 4Haz bien, Oh Señor, á los buenos, a los de recto corazón.
5¡Mas a los que yerran por sus caminos tortuosos, los suprima el Señor con
los agentes del mal! ¡paz a Israel!
1Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, como soñados
nos quedamos; 2Entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de
gritos de alegría; Entonces se dice entre las naciones: ¡Grandes cosas ha
25
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
hecho el Señor con éstos. 3¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros el Señor, el
gozo no colmaba! 4¡Haz volver, Oh Señor, nuestra cautivos como torrentes
en el Négueb! 5Los que siembran con lágrimas, cosechan con cánticos. 6Al ir,
va llorando, llevando la semilla; Al volver, vuelve cantando trayendo sus ga-
villas.
1Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructo-
res; Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila la guardia. 2En vano ma-
drugáis a levantaros, el descanso retrasáis, los que coméis pan de fatigas,
cuando Él colma a su amado mientras duerme. 3La herencia del Señor son los
hijos, recompensa el fruto de las entrañas; 4Como flechas en la mano del
héroe, así los hijos de la juventud. 5Dichoso el hombre que ha llenado de ellas
su aljaba; No quedarán confusos cuando tenga pleito con sus enemigos en la
puerta.
1Dichosos todos los que temen al Señor, loa que van por sus cami-
nos. 2Del trabajo de tus manos comerás, ¡Dichoso tú, que todo te irá bien!
3Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa; Tus hijos como
brotes de olivo en torno a tu mesa. 4Así será bendito el hombre que teme al
Señor. 5¡Bendígate el Señor desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén todos
los días de tu vida. 6Y veas los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel!
1Mucho me han asediado desde mi juventud, --Que lo diga
Israel-- 2Mucho me han asediado desde mi juventud; Pero conmigo no
han podido. 3Sobre mis espalda araron aradores, alargaron sus surcos.
4El Señor, el justo ha roto las coyundas de los impíos. 5¡Sean avergon-
zados, retrocedan todos los que odian a Sión. 6Sean como la hierba de
los techos, que se seca antes de arrancarla! 7De ella no llena el segador
su mano, ni su regazo el que gavillador; 8Y no dicen tampoco los que
pasan: ¡Bendición del Señor sobre vosotros! Nosotros os bendecimos
en el nombre del Señor.
Gloria... Ahora... Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya, ¡Gloria a Ti, Oh Dios!
¡Señor, ten piedad! (Tres veces)
Gloria... Ahora... Amén.
TERCERA ANTÍFONA
SALMOS 129 ‘130’ AL 133 ‘134’
1Desde lo más profundo clamo a Ti, Oh Señor: 2¡Señor, escu-
cha mi clamor! Estén atentos Tus oídos a la voz de mis súplicas! 3Si en
cuenta tomas las culpas, Oh Señor, ¿Quién, Señor, resistirá? 4Mas el
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
perdón se halla junto a Ti, para que seas temido. 5Yo espero en el Se-
ñor, mi alma espera en Su palabra; 6Mi alma aguarda al Señor más
que los centinelas a la aurora. Más que los centinelas a la aurora.
7Aguarda Israel al Señor; Porque con está el amor, junto a Él abun-
dancia de rescate; 8Él rescatará a Israel de todas sus culpas.
1No está inflado, Oh Señor, mi corazón, ni mis ojos subidos.
No he tomado un camino de grandezas, ni de prodigios que me vie-
nen anchos. 2No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño des-
tetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma
en mí! 3Espera, Israel, en el Señor desde ahora y por siempre.
1Acuérdate, Oh Señor, a favor de David, de todos sus desve-
los. 2Del juramento que hizo al Señor, de su voto al Fuerte de Jacob:
3“No he de entrar bajo el techo de mi casa; No he de subir al lecho en
que reposo; 4Sueño a mis ojos no he de conceder, ni quietud a mis
párpados. 5Mientras no encuentre un lugar para el Señor, una Mora-
das para el Fuerte de Jacob. 6Mirad: Hemos oído de Ella que está en
Efratá; ¡La hemos encontrado en los campos del bosque!
(Aquí, nos ponemos de rodilla)
7¡Vallamos a la Morada de Él, ante el estrado de Sus pies pos-
trémonos! 8Levántate, Oh Señor, hacia Tu reposo; Tú y el arca de Tu
fuerza. (Aquí, nos levantamos) 9Tus sacerdotes se vistan de justicia, griten
de alegría Tus amigos. 10En gracia a David, Tu servidor, no rechaces el
rostro de Tu ungido. 11Juró el Señor a David, verdad que no retracta-
rá: “El fruto de tu seno asentaré en tu trono”. 12“Si tus hijos guardan
Mi alianza, el dictamen que yo les enseño, también sus hijos para
siempre se sentarán sobre tu trono.” 13Porque el Señor ha escogido a
Sión; la ha querido como Sede para Sí. 14“Aquí está mi reposo para
siempre: En él me sentaré, porque lo he querido.” 15“Sus provisiones
bendeciré sin tasa, a sus pobres hartaré de pan, 16De salvación vestiré
a sus sacerdotes; Y sus amigos gritarán de júbilo.” 17“Allí resucitaré a
David un fuerte vástago, aprestaré una lámpara a Mi ungido. 18De
vergüenza cubriré a sus enemigos y sobre él brillará su diadema”.
1¡Oh, qué bueno y qué dulce habitar los hermanos todos jun-
tos! 2Como un ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que
baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestiduras; 3Como el
rocío de Hermón, que baja por las alturas de Sión; Allí el Señor la
bendición dispensa, la vida para siempre.
27
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
1¡Oh, bendecid al Señor, todos los servidores del Señor, que
servís en la casa del Señor, en los atrios de la Casa de Dios nuestro!
2¡Por las noches alzad las manos hacia el santuario, y bendecid al Se-
ñor. 3Bendígate el Señor desde Sión, Él, que hizo los cielos y la tierra!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu santo
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya, ¡Gloria a Ti, Oh Dios! (Tres veces)
Oh Dios nuestro y Esperanza nuestra,
¡Gloria a Ti!
“ ANEXO ‘B’ ”
Sobre “¡Oh Señor, a Ti he clamado, ...!”
serán retenidos Diez Stíjos y serán cantados seis Estijéras del Triódion y cuatro del
Meneón.
EL 1º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 49
EL 1º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 51
EL 2º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 55
EL 2º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 57
EL 3º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 60
EL 3º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 62
EL 4º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 65
EL 4º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 68
EL 5º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 70
EL 5º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 78
EL 6º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 81
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
EL 6º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 84
1º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Octavo, repitiendo la Primera
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Hermanos, si ayunamos corporalmente, ayunamos también espiritual-
mente, despojémonos de las ataduras de la injusticia, desatemos los nudos de
los tratamientos violentos, rasgamos las actas usurpadoras; Demos pan a los
hambrientos y refugio en nuestras casas a aquellos que están sin techo, para ob-
tener de Cristo Dios la gran misericordia.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Hermanos, si ayunamos...”
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
Los santos son dignos de toda reverencia y alabanza, pues inclinaron
sus cuellos ante las espadas, para Ti, Que con Tu Descenso inclinaste los cielos.
Derramaron su sangre, Por Ti, Tú Que Te despojaste de Ti Mismo y llevaste la
figura de un siervo. Y se humillaron hasta la muerte semejando Tu Humildad.
Pues por sus intercesiones, Oh Dios Compasivo, apiádate de nosotros según Tu
Gran Misericordia.
Prosómios en el Tono Segundo - Por El señor José
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
¡Oh Apóstoles, testigos oculares de Dios! Cristo, Que en verdad es el
Sol Racional de la Justicia, os ha enviado como luceros de relámpagos muy lu-
minosos. Pues con la luz de vuestro anuncio divino aniquiló las tinieblas del
error e iluminó a los detenidos firmemente en la oscuridad de la ignorancia.
Interceded ante Él, para que nos enviara, a nosotros también, la iluminación y la
gran misericordia.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Cuando Elías brilló por el ayuno y se subió al carruaje de las virtudes,
se elevaba hacia lo alto del cielo. Sedle, pues, competente, Oh alma miserable y
ayuna para con toda malicia, envidia, querella y placeres de los deseos torren-
tes; Para escaparte de los difíciles y eternos dolores del infierno, exclamando a
Cristo: “¡Oh Señor, Gloria a Ti!”.
Otro en el Tono Octavo - Por El señor Teodoro
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
29
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Os suplicamos a vosotros, Oh venerables luchadores por los Orto-
doxos, intercedáis fervorosamente para el mundo, pues tenéis grandes favores
con Cristo Dios nuestro; Y rogad por nosotros, Oh divinos apóstoles, para que
atravesemos cómodamente el buen tiempo del Ayuno y recibiéramos la Gracia
de la Trinidad Consubstancial; Mas suplicad, Oh gloriosos y verdaderos predi-
cadores, por nuestras almas.
Los Prosómios del Menéon y ‘El Gloria’ si hay...
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Del Meneón si lo hay
Sino el siguiente Gloria... Ahora... en Tono Primero
¡Oh Júbilo de las huestes celestiales y fuerte socorro para los hombres
sobre la tierra! Sálvanos, ¡Oh Madre de Dios Purísima! A nosotros, que en Ti
nos refugiamos; Y que, después de Dios, en Ti hemos puesto nuestra esperanza.
1º VIERNES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Quinto, repitiendo la Primera
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Venid, fieles, hagamos las obras de Dios en la luz, andemos con conducta
buena el resto del día, como hijos de la luz; Rasgamos las actas usurpadoras co-
ntra el prójimo y no le seamos causa de escándalo y tropiezo; Apartemos de los
deseos de la carne; Alimentemos pan a los necesitados; Y acerquémonos con arre-
pentimiento de Cristo, exclamando: “Ten piedad de nosotros, Oh Dios”.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Venid, fieles, hagamos las obras de Dios...”
Y los siguientes cuatro para los Mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Oh mártires venerabilísimos, desapreciasteis las cosa terrenales y sopor-
tasteis con valentía los tormentos; Pero, vuestras buenas esperanzas no ha sido
decepcionadas, pues se han devenido herederos del Reino Celestial; Mas como
tenéis favores ante Dios, Amante de la Humanidad, suplicadle la gran misericor-
dia para el mundo y para nuestras almas.
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Tus santos, Oh Señor, se revistieron del escudo de la fe, se fortalecieron
por la señal de la Cruz, saltaron vigorosos con valentía todo tormento, y aniquila-
30
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
ron el error y la fuerza del demonio; Envía, pues, por sus súplicas, Oh Dios Todo-
poderoso, la paz al mundo y a nuestras almas la gran misericordia.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
¡Oh Santos Mártires! Interceded por nosotros, para que nos liberemos de
nuestras transgresiones; Porque una Gracia os ha sido dada, para que suplicáis
por nosotros.
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
Con anhelo y firmeza, resististeis soportando todo arte de tormentos ani-
quiladores y torturas dolorosas; No negasteis a Cristo, sino refutasteis los ataques
de los tiranos, conservasteis la fe inquebrantable y os trasladasteis a los cielos;
Pues como tenéis favores ante Él, suplicad que nos otorgue la gran misericordia.
Para San Teodoro - Tono Segundo
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
Venid, Oh asamblea de los amantes de los mártires, alegrémonos, cele-
brando una fiesta espiritual; Porque hoy, el Mártir Teodoro, nos ha preparado una
mesa mística, que nos alegra a nosotros los amantes de las fiestas. Exclamémosle,
pues: Alégrate, Oh luchador invencible, que derrumbaste las amenazas de los ti-
ranos; Alégrate, tú que, a causa de Cristo, entregaste tu cuerpo polvoroso a los
tormentos; Alégrate, tú que, por los tormentos varios, te manifestaste, un soldado
bien preparado del ejército celestial. Por consiguiente, te rogamos, a ti Oh belleza
de los mártires, que supliques por nuestras almas.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
Tú distribuyes la gracia de tus milagros otorgados por Dios, sobre todos
aquellos que acuden a ti con fe, Oh Mártir Teodoro; Por las que, a ti honramos
exclamando: Oh luchador, tu eres liberador de los cautivos, sanador de los enfer-
mos, enriquecedor de los pobres, protector y rescatador de los navegantes; Mos-
traste el error de la derroto de los esclavos y revelaste los daños causados para con
los saqueados; Enseñaste los soldados evitar la agresión y el secuestro; Y con gran
compasión diste a los niños lo que pidan; Serás, pues, amparo ferviente a los que
celebran tu conmemoración honorable; Y junto a ellos, suplica a Cristo la gran mi-
sericordia, para nosotros que alabamos tu martirio.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
Oh Mártir Teodoro, te has manifestado un Don sublime de Dios; Porque
otorgas aún después de la muerte, las peticiones a los que las piden, tal como
hiciste con la mujer cuyo hijo ha sido preso en el campamento de los incrédulos;
Acudiendo a ti pues, Parada en tu templo, derramando las lágrimas, siendo de
31
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
gran compasión, montaste entonces un caballo blanco y trajiste a su hijo sin que
ella vea. Por tanto, no ceses de hacer los milagros, suplicando a Cristo Dios que
salve nuestras almas.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Te veneramos a ti, ¡Oh Teodoro de triple beatitud! Tesoro de los Dones
divinos; Que te manifestaste un astro de la Luz Divina que no tiene ocaso. Ilu-
minaste pues a todo el mundo con tus luchas gloriosas; Apaciguaste las llamas
de fuego, siendo más fuerte que ellas; Aplastaste la cabeza del dragón engaña-
dor; Complacido pues de tus luchas, Cristo Dios ha coronado tu cabeza divina;
Y como tienes favores ante Él, suplícale sin cesar, Oh Megalomártir victorioso
por nuestras almas.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
El enemigo rebelde ha utilizado al tirano, su competencia en la rebel-
día, como instrumento de engaño para corromper al pueblo de buena alabanza,
purificado por medio del ayuno, con las comidas manchadas con la sangre de
las ofrendas idólatras. Pero tú, Oh Mártir Teodoro, con sabiduría impugnaste lo
que el ha maquinado, porque apareciste, aquél entonces, en el sueño, al Jefe de
los sacerdotes de Dios, revelando lo tramado, advirtiéndole de la caída en la
trampa del tirano y los malos hechos. Por consiguiente te ofrecemos, debida-
mente, ofrendas en acción de gracias, te llevamos como protector nuestro, cele-
brando tu conmemoración anual por el bien que has hecho; Y te suplicamos que
nos conserve de los engaños del malvado, sin daño alguno, por tus súplicas an-
te Cristo Dios, para nosotros, ¡Oh Mártir Teodoro!
Para la Soberana - Tono Quinto
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
La señal de la Esposa que no conoció matrimonio fue en un tiempo,
prefigurada en el Mar Rojo. Porque allí Moisés dividió las aguas y aquí Gabriel
llegó a ser ministro del milagro. Aquélla vez, Israel cruzó lo profundo a pies
secos, y ahora la Virgen da a luz a Cristo sin simiente. Después del paso de Is-
rael, el mar quedo intransitable, y la inmaculada permaneció incorruptible des-
pués de dar a luz a Emmanuel. Oh Dios, que existes desde la eternidad y
apareciste como hombre, ten piedad de nosotros.
2º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Primero, repitiendo la Primera
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Hermanos, al abrazar el afán del ayuno espiritual, no dejemos salir enga-
ño de nuestras lenguas y no pongamos, con las dudas, tropiezo a nuestro herma-
no; Pero, alumbremos, con el arrepentimiento, la lámpara del alma, y con las
32
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
lágrimas exclamemos a Cristo: “Perdona nuestras faltas como eres Amante de la
Humanidad.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Hermanos, al abrazar el afán del ayuno...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
La tierra no os ocultó, sino el cielo os recibió y el paraíso os abrió sus
puertas, en donde estáis gozando del Madero de la Vida, Oh mártires alabadí-
simos. Interceded, pues a Cristo Dios, que otorgue a nuestras almas la paz y la
gran misericordia.
Prosómios en el Tono Tercero - Por El señor José
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Haznos dignos, por las intercesiones de los apóstoles divinos, de con-
cluir bien el tiempo del ayuno, con conciencia humilde; Para que, siendo salva-
dos, Te adoremos todos, porque eres Bondadoso y Compasivo. Oh Señor, se
revistieron del escudo
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Tu venida es majestuosa y temible, ¡Oh Señor! Pues, en ella, te sentarás
para realizar el juicio justo. No me juzgues entonces, a mí aniquilado, sino per-
dóname, por las súplicas bien aceptadas de Tus apóstoles.
Otro en el Tono Sexto - Por El señor Teodoro
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
Oh astros luminosos para los terrenales, que enriquecisteis al mundo
con los tesoros del conocimiento de la sabiduría absoluta de nuestro Dios; libe-
radnos de las tentaciones y tristezas, por vuestras mediaciones santas, ¡Oh após-
toles de Cristo! A nosotros que os alabamos; Mas, hacednos atravesar el tiempo
del ayuno, guiando y llevando nuestra vida en paz y coraje; Para que, llegando
a la Pasión de Cristo con complacencia buena, con fervor ofrezcamos las ala-
banzas a nuestro Dios.
Los Prosómios del Menéon
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Del Meneón si lo hay
33
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Sino el siguiente Gloria... Ahora... en Tono Segundo
Tú eres la alegría de los ángeles, Gloria de los hombres y Esperanza de
los fieles, ¡Oh Exenta de toda mancha y Socorro nuestro! A Ti acudimos y hacia
Ti exclamamos, para que todos seamos salvos de los dardos del enemigo y de
todo apuro; Nosotros que te alabamos ¡Oh Novia de Dios!
2º VIERNES DE LA CUARESMA
Será cantada la siguiente Estijéras Idiomálatas en el Tono Cuarto.
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Ahora es una temporada muy agradable; Ahora es el Día de la salva-
ción. Cubre mi alma, pues, por Tus abundantes misericordias y perdona las
cargas de mis pecados, ¡Oh Único Amante de la humanidad!
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Ahora es una temporada muy agradable...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Oh Cristo Dios, Tú que eres Glorificado, en la conmemoración de Tus
santos, por sus intercesiones vierte sobre nosotros la gran misericordia.
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Oh Tú, Que fuiste complacido con la paciencia de los santos mártires; ¡Oh
Amante de la humanidad! Acepta, de nosotros también, las alabanzas, y otórga-
nos, por sus súplicas la gran misericordia
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Como poseéis favores con el Salvador, interceded, Oh Santos, sin cesar
ante Él por nosotros los pecadores, suplicando para nuestras almas, el perdon de
las transgresiones y la gran misericordia.
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
¡Oh Mártires del Señor! Como ofrendas vivas, como holocausto humano
y víctimas perfectas, fuisteis ofrecidos a Dios. Conocisteis a Dios, así como fuisteis
reconocidos por Él; Oh ovejas cuyo corral no está atacado por los lobos; Interce-
ded por nosotros, para que podamos pastorear junto a vosotros en las praderas
del descanso.
Los Prosómios del Menéon y ‘El Gloria’ para los Difuntos
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
34
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Tono Cuarto - Por San Juan Damasceno
¿Adónde están las codicias del mundo? ¿Adónde están las ilusiones
temporales? ¿Adónde está el oro y la plata? ¿Adónde están los esclavos de mu-
cho apuro, agitación, e inquietud? Todo es como el polvo y la ceniza; Todo es
oscuridad y sombra. Pero, venid, exclamemos al Rey Inmortal: “Oh Señor, has
dignos de Tus bienes eternos a nuestros difuntos y hazlos descansar en la felici-
dad sin ocaso y el regocijo sin corrupción.”
Para la Soberana - Tono Cuarto
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
David, el Profeta que por Ti, Oh Madre de Dios, ha devenido antepa-
sado del Señor, anticipó y cantó antiguamente exclamando a Aquél que en Ti ha
hecho grandes cosas: “La Reina se estableció a Tu diestra” Porque Dios, que no
tiene padre, Te manifestó como Madre y fuente de la vida, aceptando encarnar-
se de Ti, a fin de renovar a Su imagen al hombre corrompido por las pasiones; y
encontrar la oveja perdida en los montes, llevándola sobre sus hombros para
ofrecerla al Padre y agregarla a las huestes celestiales según Su Voluntad; Por-
que Él es el Cristo que posee las ricas y grandes misericordias.
3º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Cuarto, repitiendo la Primera
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Cuando derroché con negligencia la riqueza de mi padre, me quedé po-
bre y habité la ciudad de los malvados. Mas con bestialidad sobrepasé las bestias
irracionales, despojándome de toda gracia divina. Vuelvo pues ahora, suplicándo-
le: “¡Oh Padre Compasivo y Misericordioso! ¡He pecado! Recíbeme, pues, Oh
Dios, como penitente, y ten piedad de mí.”
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Cuando derroché con negligencia la riqueza...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Oh Mártires del Señor! Como ofrendas vivas, como holocausto humano
y víctimas perfectas, fuisteis ofrecidos a Dios. Conocisteis a Dios, así como fuisteis
reconocidos por Él; Oh ovejas cuyo corral no está atacado por los lobos; Interce-
ded por nosotros, para que podamos pastorear junto a vosotros en las praderas
del descanso.
Prosómios en el Tono Sexto - Por El señor José
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
35
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
¡Oh apóstoles, testigos oculares de Dios! Que os manifestasteis como
rayos del Sol Racional; Rogad por la iluminación de nuestras almas y liberadnos
de las tinieblas oscuras de las pasiones. Mas interceded por nosotros, a fin que
llegáramos a contemplar el día de la salvación. Y purificad, con vuestras plega-
rias y súplicas, a nuestros corazones heridos por el maligno engañador. Para
que, siendo salvados, os veneráramos siempre, a vosotros, que por la adverten-
cia llena de sabiduría, salvasteis al mundo.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
He viajado al país de las malicias, yo pródigo, y malgastado la riqueza
que Tú me has dado, ¡Oh Padre Compasivo! Por tanto sufro del hambre para
con las obras buenas; Y he aquí, estoy revestido de la vergüenza y la desobe-
diencia, siendo despojado de la gracia divina. Y al conocer la grandeza de Tu
Beneficencia, a Ti exclamo: “¡He pecado! Acéptame, pues, como uno de Tus jor-
naleros, por las súplicas de Tus apóstoles que te han servido y amado, Oh Cris-
to Compasivo.”
Otro en el Mismo Tono - Por el señor Teodoro
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
¡Oh apóstoles del Salvador! Astros del universo, sus maestros, liberta-
dores y benevolentes; Que como los cielos, siendo adornados con las estrellas
de los milagros y las maravillas de las curaciones, anunciáis la Gloria de Dios;
Ofreced, sin cesar, las súplicas al Señor, para que aceptara nuestras oraciones
como rico perfume, haciéndonos dignos de contemplar y abrazar con temor y
veneración la Vivificadora Cruz, Que al adorarla, a Ti suplicamos, Oh Salvador,
concédenos Tus Misericordias como eres Amante de la humanidad.
Los Prosómios del Menéon
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Del Meneón si lo hay
Sino el siguiente Gloria... Ahora... en Tono Tercero
¡Salve, Oh Inmaculada! Orgullo de los profetas divinos. ¡Salve, Oh Cá-
mara nupcial del Señor! ¡Salve, Oh Nube luminosa! ¡Salve, Oh Purísima Madre
36
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Bendita! ¡Salve, Oh Amparo y Regocijo del mundo! ¡Salve, Oh Victoria de los
gobernantes de la recta fe! (Los Ortodoxos)
3º VIERNES DE LA CUARESMA
Será cantada la siguiente Estijéras Idiomálatas en el Tono Séptimo.
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Como el hijo pródigo, me he alejado de Tu Gracia, Oh Señor y he
gastado la riqueza de Tu Bondad; Pues a Ti acudo, Oh Compasivo, exclamando:
“¡Oh Dios, he pecado, ten piedad de Mí!”
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Como el hijo pródigo, me he alejado...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Gloria a Ti, Oh Cristo Dios; Orgullo de los apóstoles y alegría de los már-
tires, cuya predicación es la Trinidad Consubstancial!
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
¡Oh santos mártires, Que habéis luchado bien y habéis sido coronados!
Interceded ante el Señor, que tenga piedad de nuestras almas.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
¡Oh santos mártires! Cuando desapreciasteis todas las cosa terrenales,
predicasteis a Cristo públicamente y os mantuvisteis firmes en la arena de la lu-
cha; mas recibisteis de Él la recompensa justa. Os suplicamos, pues, como tenéis
favores con Él, rogadle, como es Todopoderoso, que salve nuestras almas, a noso-
tros que, hacia vosotros, nos apresuremos.
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
El suelo no os cubrió ¡Oh mártires alabadísimos! Ovejas espirituales,
holocaustos racionales y víctimas bien aceptadas y complacientes a Cristo; Mas el
cielo os recibió, y habéis devenido semejantes a los ángeles. Por consiguiente, os
suplicamos, interceded, con ellos, rogando a Dios y Salvador nuestro, que otorgue
la paz al mundo y salve nuestras almas.
Los Prosómios del Menéon y ‘El Gloria’ para los Difuntos
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
37
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Tono Séptimo - Por San Juan Damasceno
¡Oh Salvador nuestro, Dador de la vida, has descansar las almas, de los
que habías trasladado de las cosas temporales, de nuestros hermanos que te ex-
claman: “¡Oh Señor, Gloria a Ti!”.
Para la Soberana - Tono Séptimo
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Fuiste conocida madre en una manera sobrenatural, Oh Madre de Dios
Purísima. Mas permaneciste virgen, inefable e incomprensiblemente, y ningún
hombre puede explicar la maravilla de Tu Alumbramiento. Pues así como Tu
Concepción ha sido una maravilla extraña, así también Tu Alumbramiento ha
sido en una manera inalcanzable. Pues cuando Dios lo quiere, se supera el or-
den de la naturaleza. Por eso, todos Te reconocemos Madre de Dios y no cesa-
mos de suplicarte para que intercedas por la salvación de nuestras almas.
4º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Cuarto
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
El Ayuno, la causa de todo bien, ofrece ahora la mitad de su tempora-
da; Pues complacido para con los días que han pasado, prepara mayores obras
bondadosas para los días restantes, con abundancias de dones. Así al complacer
a Cristo, el Otorgador de todo lo bueno, lleguemos a exclamar: “¡Oh Tú, que,
para nosotros, ayunaste y soportaste la crucifixión! Haznos dignos de partici-
par, sin juicio, de Tu Pascua Divina, encaminados hacia ella en la paz; Te glori-
ficamos pues, debidamente con el Padre y el Espíritu.
Otra - Tono Quinto
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Los que, secretamente, practican las virtudes, quienes esperan las re-
compensas espirituales, no las propagan en las calles, mas bien las hacen desde
el fondo de sus corazones. Y Aquél que mira lo obrado en lo secreto por todos;
nos otorgará las recompensas de la abstinencia. Completemos pues al Ayuno,
sin austeridad; Y del fondo de nuestras almas oremos sin cesar, exclamando:
“Te suplicamos, a Ti, ¡Oh Padre nuestro, Tú que estás en los Cielos! No nos de-
jes caer en las tentaciones, más líbranos del maligno.”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Oh Santos Mártires! Que con paciencia soportasteis los varios y doloro-
sos tormentos y aflicciones; Y con vuestra ilimitada fortaleza del alma, no negas-
teis a Cristo; Sino habéis refutado la osadía de los tiranos, conservasteis la
38
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
verdadera fe y habéis sido trasladados a los Cielos. Y como tenéis favores ante Él,
rogadle para que otorgue la paz al mundo y a nuestras almas la gran misericor-
dia.
Estijéras Prosómios de la Cruz - Tono Primero
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
¡Venid todos! Lavemos nuestras almas con las aguas del Ayuno; Apre-
surémonos con fervor, y adoremos con fe la Honorabilísima Venerable Cruz;
Pidiendo la iluminación divina para lograr los frutos de la salvación eterna, la
paz y la gran misericordia.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
¡Oh Cruz! Orgullo de los Apóstoles; Siempre rodeada de los principa-
les, potestades, huestes y arcángeles; Salva de todo mal a los que se prosternan
ante Ti; y haznos pasar a salvo la arena de la abstinencia divina y alcanzar el día
salvador con lo cual seremos salvados.
Otra en el Séptimo Tono
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
¡Venid! Prosternemos hoy ante la Cruz del Señor exclamando: “¡Salve,
Oh Madero de la vida, Exterminador del Hades! Oh alegría del mundo y ani-
quilación de la corrupción! ¡Salve, que por Tu poder, se disiparon los demonios!
¡Oh Arma invencible y Firmeza de los fieles! Te suplicamos que protejas y santi-
fiques a los que te abrazan.
Los Prosómios del Menéon
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Del Meneón si lo hay
Sino el siguiente Gloria... Ahora... en Tono Octavo
Hoy, por mí, deviene accesible, Aquél que por la esencia ha sido Inal-
canzable; Quien soportó la Pasión para liberarme de las pasiones. Los labios de
los transgresores de la ley escupieron sobre Aquél que otorgó la luz a los ciegos;
Y prestó Su Espalda a los azotes para liberar a los cautivos. Aquél, Que viéndo-
lo sobre la Cruz, Su Madre Purísima, afligida Le exclamó: “¡Ay de mí! ¿Porque
has hecho esto, Oh Hijo Mío? ¿Cómo apareces sin forma, sin aliento y sin belle-
39
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
za? Tú que eres el Más Hermoso que toda la creación? ¡Ay de mí, Oh Luz Mío!
No puedo verte dormido; Porque mis entrañas se hieren y una lanza penosa
atraviesa mi corazón. Alabo pues Tu Pasión y adoro Tu Compasión, ¡Oh Lon-
gánimo Señor, Gloria a ti!”
4º VIERNES DE LA CUARESMA
Será cantada la siguiente Estijéras Idiomálatas en el Tono Séptimo.
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
He sometido mi alma a las pasiones, devinién-dome de carácter bestial;
Mas no puedo levantar la cabeza y fijar la vista en Ti, Oh Cristo, Tú que moras
en lo alto. Pues como el hijo pródigo, me inclino y suplico exclamando: “¡Oh
Dios mío, perdóname y ten piedad de Mí!”
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “He sometido mi alma a las pasiones,...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
¡Gloria a Ti, Oh Cristo Dios; Orgullo de los apóstoles y alegría de los már-
tires, cuya predicación es la Trinidad Consubstancial!
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
¡Oh santos mártires, Que habéis luchado bien y habéis sido coronados!
Interceded ante el Señor, que tenga piedad de nuestras almas.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
¡Oh santos mártires! Cuando desapreciasteis todas las cosa terrenales,
predicasteis a Cristo públicamente y os mantuvisteis firmes en la arena de la lu-
cha; mas recibisteis de Él la recompensa justa. Os suplicamos, pues, como tenéis
favores con Él, rogadle, como es Todopoderoso, que salve nuestras almas, a noso-
tros que, hacia vosotros, nos apresuremos.
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
El suelo no os cubrió ¡Oh mártires alabadísimos! Ovejas espirituales,
holocaustos racionales y víctimas bien aceptadas y complacientes a Cristo; Mas el
cielo os recibió, y habéis devenido semejantes a los ángeles. Por consiguiente, os
suplicamos, interceded, con ellos, rogando a Dios y Salvador nuestro, que otorgue
la paz al mundo y salve nuestras almas.
Los Prosómios del Menéon y ‘El Gloria’ para los Difuntos
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Tono Séptimo - Por San Juan Damasceno
¡Oh Salvador nuestro, Dador de la vida, has descansar las almas, de los
que habías trasladado de las cosas temporales, de nuestros hermanos que te ex-
claman: “¡Oh Señor, Gloria a Ti!”.
Para la Soberana - Tono Séptimo
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Fuiste conocida madre en una manera sobrenatural, Oh Madre de Dios
Purísima. Mas permaneciste virgen, inefable e incomprensiblemente, y ningún
hombre puede explicar la maravilla de Tu Alumbramiento. Pues así como Tu
Concepción ha sido una maravilla extraña, así también Tu Alumbramiento ha
sido en una manera inalcanzable. Pues cuando Dios lo quiere, se supera el or-
den de la naturaleza. Por eso, todos Te reconocemos Madre de Dios y no cesa-
mos de suplicarte para que intercedas por la salvación de nuestras almas.
5º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Estijéras Idiomálatas en el Tono Octavo
(Stíjo) Caigan los impíos a uno en sus redes, mientras yo pasaré adelante.
Cuando caí entre los ladrones de mis pensamientos, yo miserable, perdí
la razón; Mas fue profundamente herido y totalmente derribado en mi alma;
Así, en el camino de la vida, yo me quedé postrado y desnudo de las virtudes.
Al verme dolorido por las heridas, y por la dificultad de mi curación, el sacer-
dote pasó de largo sin mirarme. Mas el Levita, se alejó de mí porque no pudo
soportar el dolor corruptor del alma. Pero Tú, que por Tu amor a la humanidad,
quisiste encarnarte no de la samaritana, Oh Cristo, sino de María Virgen; Otór-
game la curación y vierte sobre mí Tus grandes misericordias.
(Stíjo) Con mi voz clamaré al Señor,
con mi voz pediré al Señor misericordia.
Se repite “Cuando caí entre los ladrones de mis...”
Para los Mártires - Mismo Tono
(Stíjo) Delante de Él derramaré mi querella;
Delante de Él denunciaré mi angustia.
Los Santos, son dignos de toda veneración y alabanza; Inclinaron pues,
sus cuellos a los sables, por Ti; Oh Tú que, inclinaste los cielos con Tu Descenso;
Y derramaron sus sangres, por Ti, Tú que te despojaste de lo que eres, llevando
la forma de un siervo; Mas imitando Tu Humildad se humillaron hacia la muer-
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
te. Oh Dios Compasivo, por sus intercesiones, ten piedad de nosotros según Tu
Gran Misericordia.
Estijéras Prosómios por el señor José - Mismo Tono
(Stíjo) Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí,
Tú conociste mi senda.
Manifestaste a Tus puros apóstoles como cielos racionales, Oh Señor;
Líbrame pues, por sus intercesiones honorables, de las malicias terrenales; Y
eleva, en todo tiempo, a mí dispersada mente, por medio de la abstinencia,
hacia las Pasiones; Porque eres Clemente y Amante de la humanidad.
(Stíjo) En el camino en que andaba, me escondieron lazo.
Fortificados por las obras divinas, durante toda la temporada del Ayu-
no, lamentemos llorando, en lo profundo de nuestros corazones y exclamemos
al Salvador: “Salva, Oh Misericordiosísimo Señor, por las intercesiones de Tus
discípulos, a los que con temor, alaban la abundancia de Tu Amor a la humani-
dad.”
Otra Por el señor Teodoro - Mismo Tono
(Stíjo) Miraba a la mano derecha, y observaba;
Mas no había quien me conociese.
¡Oh Alabadísimos Apóstoles! Intercesores del mundo, médicos de los enfer-
mos y guardas de la salud; Protegednos, a nosotros, en ambas situaciones, para
que pasemos el tiempo del Ayuno, reconciliados, los unos con los otros, y con-
servan a nuestras mentes de la turbación de las pasiones; Para que así alabemos
a Cristo que resucitó victoriosamente.
Tono Cuarto
Otros Prosómios por Simeón ‘El Intérprete’
(Stíjo) No tuve refugio, no había quien volviese por mi vida.
¿Podré, aunque en la vejez, arrepentirme, de todos los pecados que he
cometido? Pues, mi vida está aniquilada junto a los adúlteros y Publicanos.
¡Sálvame, Oh Señor, Creador de todo y Médico de los enfermos, antes que yo
pereciere totalmente!
(Stíjo) Clamé á ti, Oh Señor, dije: “Tú eres mi esperanza y
mi porción en la tierra de los vivientes”.
Estoy encadenado por la cavidad de la negligencia; Y siendo revolcado
en las maldades, atravesado por los dardos del enemigo, he manchado lo que
ha sido mío según la imagen. Pero ¡Sálvame, Tú, Oh Señor, Que volviese a los
negligentes y rescatas a los pecadores, antes que yo pereciere totalmente!
(Stíjo) Escucha mi clamor, que estoy muy afligido.
He devenido un tropiezo para las gentes; Y como terrestre he arado las
cosas terrenales; Practiqué el matrimonio conforme a Tus Mandamientos, pero
profané mi lecho al traspasarlos. No apartes de mi Tu Rostro Oh Señor; Tú que
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
del barro has formado a Tu criatura; Y ¡Sálvame antes que yo pereciere total-
mente!
Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
Preocupándome de mi carne, me hice verdugo de mí mismo; Mas, al
esclavizarme de los deseos y malicias, me he convertido en juguete de los de-
monios. Pero Tú, Oh Señor, Azote de los demonios, ¡Sálvame, por Tu Compa-
sión y apiádate de mí, antes que yo pereciere totalmente!
(Stíjo) Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre.
Por mi propia voluntad, he pecado, más que todos; Así fui descuidado,
y llevando el razonamiento carnal, me oscureció siendo enemigo del alma. Pero
Tú, Oh Señor, Que iluminas a los que yacen en las tinieblas y guías a los desca-
rriados, ¡Sálvame, antes que yo pereciere totalmente!
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
El Profeta exclamó: “Mi alma se revivifica y Te alaba, Oh Señor. Bús-
came pues, a mí, que soy la oveja perdida; Cuéntame entre Tu Rebaño, dadme
tiempo para el arrepentimiento y para que suspire exclamándote: ¡Sálvame, Oh
Señor, antes que yo pereciere totalmente!”
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
He pecado, Oh Cristo Dios Bondadoso; Mas aún he pecado traspasan-
do Tus Mandamientos. Tenme piedad pues, para que vea con los ojos de mi
mente; y para huir de las tinieblas; Así pueda exclamarte con temor: “¡Sálvame,
Oh Señor, antes que yo pereciere totalmente!”.
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Muchos animales feroces me han rodeado; Pero Tú, Oh Soberano,
Creador de todos; Que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al co-
nocimiento pleno de la Verdad (1ª Tim 2: 4); Arrebátame de ellos y sálvame! Junto
a todos, antes que yo pereciere totalmente.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
¡Oh Redentor, Salvador mío! Sé mi curación; y no me abandones, ¡Oh
Bondadoso! Mas, mírame, a mí postrado por los pecados y levántame, porque
Tu eres Todopoderoso; Pues, confesando mis hechos, a Ti exclamo: “¡Sálvame,
Oh Señor, antes que yo pereciere totalmente!”
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
Escondí el talento que me fue dado; y como el ingrato e inútil siervo lo
enterré; Estoy aniquilado pues, y no me atrevo a suplicarte; Pero, como eres
Longánimo, ten compasión de mí; Para que pueda exclamarte: “¡Sálvame, Oh
Señor, antes que yo pereciere totalmente!”
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana.
Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al Señor.
¡Oh Señor! Al tocar la punta de Tu Manto, secaste la huerta de los dolo-
res de la mujer con flujo de sangre. Por tanto, si me acerco a Ti con fe y sin du-
da, lograré yo también el perdón de mis trasgresiones. ¡Acéptame, pues, como
aquella, sana mis dolencias y sálvame, Oh Señor, antes que yo pereciere total-
mente!
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
Oh Tú, Que por una palabra creaste el cielo y la tierra; Que vendrás pa-
ra sentarte en el trono; Así también todos nosotros, en el día del juicio, estare-
mos confesando ante Ti nuestros pecados. Pues antes que llegara este día,
¡Recíbeme, Oh Señor, por el arrepentimiento, y sálvame, antes que yo pereciere
totalmente!
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
Tú que eres el Único Compasivo, Oh Salvador mío, mírame con ternu-
ra; Otorga las fuentes de salud a mi pobre y miserable alma; Y purifícame de las
manchas de mis propias obras; para que con himnos Te cante: “¡Sálvame Oh
Señor, antes que yo pereciere totalmente!”
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
El diablo preparó los sables y se apresuró a cercenar mi pobre alma;
apartándome de la luz del cono-cimiento de Tu Rostro. Mas Tú, Oh Todopode-
roso y Compasivo!, ¡Rescátame, de sus trampas por Tu Poder Oh Señor, y sál-
vame, antes que yo pereciere totalmente!
(Stíjo) A TI que habitas en los cielos, Alcé mis ojos. He aquí como los ojos de los siervos miran
a la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; Así nuestros
ojos miran al Señor nuestro Dios, hasta que haya misericordia de nosotros.
Me esclavicé enteramente de las pasiones; y me descuidé de la ley y de
las Escrituras Sagradas. Pero Tú, Oh Bondadoso, Piadoso, Compasivo y Exter-
minador de las pasiones, Que para mí, Te has llevado mi naturaleza. ¡Rescáta-
me y sáname enteramente, Oh Señor antes que yo pereciere totalmente!
(Stíjo) Ten misericordia de nosotros, Oh Señor, ten misericordia de nosotros; Porque estamos
muy hartos de menosprecio.
Muy harta está nuestra alma del escarnio de los holgados,
y del menosprecio de los soberbios.
Convocando a todas para que se apresuraran y recibieran la remisión
de sus iniquidades, la adultera, con sus lagrimas, lavó Tus Venerables Purísi-
mos Pies, Oh Salvador; Dadme pues su fe, Oh Señor, para que Te exclame:
“¡Sálvame, antes que yo pereciere totalmente!”
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
44
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
¡Oh Cristo! Tú, Que por mí te humillaste y te hiciste niño en la carne;
Limpia la suciedad de mi alma y envíame las gotas de Tu Misericordia, a mí,
que estoy enfermo y quebrantado; Mas purifícame, Oh Señor, de toda impure-
za, sáname, a mí enfermo, y ¡Sálvame, antes que yo pereciere totalmente!
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
Fortifica mi alma, Oh Maestro, para que acuda hacia Ti y que me con-
sagre siempre para Ti. Porque Tu eres mi Protector, Auxilio y Ayuda. Mas,
otórgame, Oh Verbo de Dios, que, con sinceridad Te exclame: “¡Sálvame, Oh
Señor, antes de que yo pereciere totalmente!”
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
Sé para nosotros una Inaccesible Muralla, Oh Cristo Salvador y Dios
Misericordioso; Porque hemos caído con errores de los hechos y por la embus-
tera naturaleza. Pero como Tú eres el Clemente y Compasivo; reconcíliate con
nosotros, levanta a lo que Tu has creado y ¡Sálvame, Oh Señor, antes de que yo
pereciere totalmente!
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
He devenido hijo pródigo y he derrochado las riquezas; Y he aquí, es-
toy padeciendo el hambre atroz; Pero acudo a Tu Amparo ¡Oh Misericordioso
Padre!, acéptame pues como aquél; y hazme digno de participar de Tu Mesa,
para exclamarte: “¡Sálvame Oh Señor, antes de que yo pereciere totalmente!”
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
Por la envidia, el maligno hizo echar del paraíso al primer creado; Pero,
al decir: “Acuérdate de mí”, mientras que estaba sobre el madero, el ladrón ga-
nó el Paraíso. Pero yo, con temor y fe Te exclamo: “¡Acuérdate de mí y sálvame,
Oh Señor, antes de que yo pereciere totalmente!”
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
Extiéndeme un brazo como lo hiciste con Pedro, ¡Oh Dios! Por las inter-
cesiones de la Madre exenta de todo mancha, Que Te dio a luz sin siembra; y de
todos Tus santos; Mas arrebátame de la hondura, dándome gracia y misericor-
dia y sálvame, Oh Señor, antes de que yo pereciere totalmente.
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
¡Oh Cordero! Tú que quitaste mi pecado; Acéptame, pues he puesto mi
alma y mi cuerpo enteramente en Tus manos; Así cada día, y como debida deu-
da, Te alabo día y noche, y hacia Ti exclamo: “¡Sálvame, Oh Señor, antes de que
yo pereciere totalmente!”.
¡Gloria a Ti, Oh Dios Nuestro, gloria a Ti!
¡Grandes son Tus Inalcanzables Compasiones, Oh Bondadosísimo Se-
ñor! Tú, que no conoces la maldad y eres exento de todo pecado. No me eches
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
de delante de Tu Rostro, para que con agradecimiento y júbilo, himnos te canto
exclamando: “¡Sálvame, Oh Señor, antes de que yo pereciere totalmente!”.
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
¡Que condescendencia indescriptible es! ¡Que extraño alumbramiento,
superior a toda maravilla! ¿Cómo es que una Virgen Te llevara en sus brazos
como Niño, a Ti, Oh Creador suya y Dios suya? Pues, Tú que, por Tu propia
Voluntad, quisiste encarnarte de Ella; ¡Sálvame, Oh Señor y Benefactor, antes de
que yo pereciere totalmente!
5º VIERNES DE LA CUARESMA
Será cantada la siguiente Estijéras Idiomálatas en el Tono Sexto.
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Me he apartado, así como de Jerusalén, de Tus Mandamiento Divinos,
hacia las pasiones de Jericó, atraído por la vana gloria a la hondura del desdeño
de las preocupaciones y deseos mundanos. Caí, pues entre los ladrones de los
pensamientos, y por ellos fui despojado de la túnica de la Gracia de la
Adopción. ¡He aquí, por las heridas, estoy tirado, sin aliento! El Sacerdote pasó
de largo sin mirar mi cadáver, mas el Levita me reprobó y se alejó. Pero Tú, Que
fuiste encarnado de la Virgen inefablemente, vierte, como aceite en mis heridas,
la sangre y el agua que brotaron voluntariamente de Tu Costado Salvífica,
afírmalas con las vendas y cuéntame entre los celestiales, como eres Compasivo.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Me he apartado, así como de Jerusalén,...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
Tus mártires combatientes nunca Te han negado, y jamás se apartaron de
Tus Mandamientos, Oh Señor; Por sus intercesiones, ten piedad de nosotros.
Y los siguientes Estijéras Prosómios que se hacen en siete partes
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
¡Oh Doncella! Gabriel se había presentado ante Ti para revelarle, el De-
signio Divino, establecido desde la eternidad, y para saludarte diciendo: “¡Salve,
Oh tierra fértil, no sembrada! ¡Salve, zarza ardiente, no consumida! ¡Salve, abismo
insondable!¡ Salve, puente que lleva al cielo! ¡Salve, escalera mística, que Jacobo
había visto! ¡Salve, vasija del maná divino! ¡Salve disolución de la maldición! ¡Sal-
ve, restauración de Adán! El Señor está contigo.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Se repite “¡Oh Doncella! Gabriel se había presentado...”
46
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
La Doncella Inmaculada dijo al arcángel: “Tu apariencia es humana,
¿cómo hablas, pues, de cosas que superan la mente humana?, y dices que Dios
estará conmigo y habitará en mis entrañas; Cuéntame pues, ¿cómo seré un espa-
cio amplio y morada sagrada para Aquel Que está sentado sobre los querubines?
No me engañes, ¿cómo daré pues a luz, sin conocer hombre alguno?
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel
al Señor.
Se repite “La Doncella Inmaculada dijo al arcángel: ...”
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
El incorpóreo, exclamó diciendo: “En cuando Dios quiere, serán venci-
das las reglas de la naturaleza, y realizadas cosas que sobrepasan la mente
humana. Creed, pues, en mis palabras veraces, ¡Oh Santísima Purísima!” Repli-
cóle Ella diciendo: “Que me sea acorde a tus palabras, y que diere a luz al In-
corpóreo, llevándose cuerpo de mí; Para que uniéndose a él, levantase al
hombre a su estado primitivo, porque Él es el Único Todopoderoso.”
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
Se repite El incorpóreo, exclamó diciendo: “En cuando Dios quiere, serán
vencidas las reglas de la naturaleza, y realizadas cosas que sobrepasan la mente
humana. Creed, pues, en mis palabras veraces, ¡Oh Santísima Purísima!”
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Se repite Replicóle Ella diciendo: “Que me sea acorde a tus palabras, y que
diere a luz al Incorpóreo, llevándose cuerpo de mí; Para que uniéndose a él, le-
vantase al hombre a su estado primitivo, porque Él es el Único Todopoderoso.”
Tono Segundo - Por Teófanis
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
El Misterio que ha sido desde la Eternidad, hoy se revela, pues el Hijo
de Dios se hace Hijo del Hombre, tomando para sí lo inferior, para otorgarnos
lo superior. Antiguamente, Adán deseó la deidad, pues fue decepcionado y no
la ha logrado. Por consiguiente, Dios deviene hombre para que Adán deviene
Dios. ¡Alégrese, pues, la creación y regocíjese la naturaleza; Porque, he aquí, el
arcángel, de pie ante la virgen, con reverencia y timidez, le ofrece la alegría en
lugar del pesar. ¡Oh Dios nuestro, que por la ternura de Tus Misericordias Te
encarnaste, Gloria a Ti!
6º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Anterior al de Domingo de Ramos
47
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Estijéras Idiomálatas en el Tono Quinto, repitiendo la Primera
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Rico con los dolores, revestido del ropaje engañoso de la mentira; Ale-
gre con las malicias del derroche; Demostrando la ilimitada falta de compasión;
Negando a mi mente, dejándola hambrienta por todo lo bueno, enferma por la
negligencia, yaciendo fuera de las puertas del arrepentimiento. Pero, como Lá-
zaro, Tú Oh Señor, hazme pobre de los pecados; Así, necesitado, no tendré que
pedir, sin encontrar un dedo que humedecería mi lengua que sufre dolorida del
fuego inextinguible; Sino hazme habitar en el regazo de Abraham, el padre de
los padres, siendo Amante de la humanidad.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Rico con los dolores, revestido del ropaje...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
Oh santos mártires, que soportasteis todas heridas dolorosas y azotes to-
rrentosos; Que con una fortaleza aspirante, no negasteis a Cristo; Mas rechazasteis
la travesura de los tiranos, conservasteis inquebrantable la fe y fuisteis trasladados
a los cielos; Rogadle pues, ya que tenéis favores ante Él, que nos otorgue la gran
misericordia.
Estijéras Prosómios por el señor José - Tono Quinto
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Oh Cristo, mientras que anduvieras en el cuerpo, atravesando la orilla del
Jordán, clamaste a los que Te acompañaban: “Nuestro amigo Lázaro ha muerto y
ahora lo están depositando en el sepulcro. Por tanto, me alegro por vosotros, ¡Oh
amados míos! Para que sepáis; Que aunque he devenido hombre en apariencia, lo
he sabido todo siendo Dios inalterable; ¡Vayamos pues a revivificarlo, para que la
muerte sienta su derrota y su total aniquilación, que estoy por hacer claramente,
otorgando al mundo la gran misericordia.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Venid fieles, ofrezcamos al Señor, por intercesoras y con celo, obras divi-
nas, así como María y Marta; Para que viviese y resucitare a nuestra mente, ya-
ciente con amargura muerta, tirada inconsciente en el sepulcro de la pereza sin
sentir en absoluto el temor divino, y que no posee ahora obra vivificadora. Excla-
memos, pues, diciendo: “Míranos, Señor, y resucita a todos ¡Oh Compasivo! Con
Tu Presencia Temible, así como lo hiciste una vez y resucitaste a Tu Amigo Láza-
ro, y otórganos la gran misericordia.”
Otra Por el señor Teodoro - Tono Sexto
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Las dos hermanas de Lázaro, mirando su sepulcro, lloraban con llantos de
amargura; ‘Ya lleva dos días en la tumba, mirando a los muertos desde los si-
glos; Quizás verá allí cosas extrañas temibles, y a multitudes atrapadas por las
cadenas del infierno.’ Pero Cristo vendrá y vivificará a Su Amigo, para que per-
feccionare de todos al unísono, la exclamación: “Bendito eres Tú, Oh Salvador,
ten piedad de nosotros.”
Los Prosómios del Menéon
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel al
Señor.
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Para la Soberana - Tono Octavo
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
¡Salve, Carruaje de la Luz Divina! ¡Salve, Lámpara resplandeciente y
Tienda de santificación! Porque de Tu Seno Puro, una Luz ha brillado para no-
sotros, iluminando a todas las regiones del mundo, santificándolas, con Tu
Bondad. ¡Salve, Purísima, principio de nuestra salvación, Oído temible y Mira-
da de los que en Ti confían!
6º VIERNES DE LA CUARESMA
Anterior al de Domingo de Ramos
Será cantada la siguiente Estijéras Idiomálatas en el Tono Octavo.
(Stíjo) ¡Saca mi alma de la cárcel para que alabe Tu Nombre!
Como hemos cumplido la Cuaresma útil para el alma, A Ti suplicamos,
Oh Amante de la humanidad, haznos contemplar la Semana de Tu Santa
Pasión, para que en ella glorifiquemos Tus Maravillas e inefables Disposiciones
bondadosas para con nosotros, cantando unánimes con fuerza: “Oh Señor,
Gloria a Ti”.
(Stíjo) Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio.
Se repite “Como hemos cumplido la Cuaresma útil...”
Para los mártires - Mismo Tono
(Stíjo) De los profundos, Oh Señor, a Ti clamo. Señor, oye mi voz.
Os suplicamos, Oh mártires del Señor, interceded ante nuestro Dios, por
las abundantes misericordias para nuestras almas y el perdón de nuestras trans-
gresiones numerosas.
Para San Lázaro - Tono Sexto
Estijéras Idiomálatas por el Rey León
49
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
(Stíjo) Estén atentos Tus Oídos a la voz de mi súplica.
Tú, Que estás por morar, voluntariamente, en un sepulcro, Cuando qui-
siste ver el sepulcro de Lázaro, Oh Señor, preguntaste: “¿Dónde lo han puesto?” Y
cuando supiste lo que no te es oculto, llamaste a quien amabas exclamando: “¡Lá-
zaro, sal afuera!” Y aquel que está sin aliento, escucho, obediente, a aquel Quien le
otorgó la vida; Que Tú lo eres, Oh Salvador de nuestras almas.
(Stíjo) Si mirares a los pecados, Señor, ¿Quién, Oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay per-
dón cerca de Ti, para que seas temido.
Se repite “Tú, Que estás por morar, voluntariamente,...”
(Stíjo) Esperé yo al Señor, esperó mi alma en Su Palabra.
Mi alma espera en el Señor.
Viniste, Oh Señor, al sepulcro de aquel de cuatro días, es decir el sepulcro
de Lázaro; Derramaste lagrimas sobre Tu Amigo y resucitaste al muerto por cua-
tro días, Oh espiga de la vida. Por consiguiente, por la voz, la muerte ha sido vin-
culada y las mortajas, con las manos, desatadas. Los discípulos, envueltos con el
Júbilo, celebraron en asamblea exclamando: “Bendito eres Tú, Oh Salvador, ten
piedad de nosotros”.
(Stíjo) Más que los centinelas a la mañana. Más que los vigilantes a la mañana espere Israel
al Señor.
Se repite “Viniste, Oh Señor, al sepulcro de aquel de ...”
(Stíjo) Porque en el Señor hay misericordia y abundante redención en Él. Y Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
Tu Voz, Oh Señor, Aniquiló el reino del infierno y la palabra de Tu Soberanía
resucitó del sepulcro al muerto por cuatro días. Lázaro se ha devenido el primogénito
del renacimiento; Oh Rey de todos, Que todo lo puedes, Otorga, a Tus siervos, el per-
dón y la gran misericordia.
(Stíjo) Alabad al Señor, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.
Cuando quisiste afirmar a Tus Discípulos la veracidad de Tu Resurrec-
ción de entre los muertos, viniste al sepulcro de Lázaro; Y cuando lo llamaste, el
infierno fue cautivado, y soltó al muerto por cuatro días, exclamándole pues:
“¡Oh Salvador, Señor Bendito, Gloria a Ti!”
(Stíjo) Porque ha engrandecido Su Misericordia sobre nosotros; Y la verdad del Señor es para
siempre.
Llevaste a Tus Discípulos y viniste a Betania, para resucitar a Lázaro
después de haber lagrimado sobre él, según la ley de la naturaleza humana; Y lo
resucitaste, siendo Dios, después de cuatro días; Te exclamó, pues: “¡Oh Salva-
dor, Señor Bendito, Gloria a Ti!”
Tono Octavo
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
50
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
¡Oh Salvador nuestro, paraste ante el sepulcro de Lázaro, llamaste al
muerto y lo levantaste como de su sueño; Dispersaste, pues, por el Espíritu de
la incorruptibilidad, alejando de él la corrupción; Así salió al escuchar Tu pala-
bra, atado con las mortajas. ¡Oh Tú, Que todo lo puedes, todos Te adoran y a Ti
se somete toda la creación, Oh Salvador nuestro, Gloria a Ti!
Idiomálata por Andrés ‘El Ciego’ - Mismo tono
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Como hemos cumplido la Cuaresma útil para con el alma, exclamemos:
“¡Regocíjate Oh ciudad de Betania, país de Lázaro! ¡Regocijad, vosotras, María y
Marta, hermanas suyas! Porque mañana viene Cristo a revivificar vuestro
muerto; Quien, al escuchar su Voz, el infierno amargo se tembló temeroso y
suspiró grandemente; Mas soltó a Lázaro aún apretado por las mortajas. Y
Quien, asombrados de Su Milagro, las multitudes de los hebreos, Lo recibirán
con ramos y palmas; Y los niños alabarán, exclamando al envidiado por los pa-
dres: “!Bendito Él Que viene en el Nombre del Señor, el Rey de Israel!”.
“ ANEXO ‘C’ ”
LAS LECTURAS SAGRADAS
EL 1º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 97
EL 1º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 100
EL 2º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 103
EL 2º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 106
EL 3º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 109
EL 3º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 111
EL 4º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 114
EL 4º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 116
EL 5º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 118
EL 5º VIERNES DE LA CUARESMA:
51
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Ver Página 121
EL 6º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA:
Ver Página 124
EL 6º VIERNES DE LA CUARESMA:
Ver Página 127
1º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Quinto del Salmo Once. Y lee lo
indicado del (Salmo 11 ‘12’: 7 y 1). 7Tú, Oh Señor, nos guardarás, nos librarás de esta ralea
para siempre. (Stíjo) 1¡Sálvanos, Oh Señor, que ya no hay fieles, se acabaron los
veraces entre los hijos de Adán!
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 1: 24 - 2: 3]
24Dijo todavía Dios: “Produzca la tierra animales vivientes de cada espe-
cie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.” Y así fue. 25Hizo Dios
alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe
del suelo de cada especie. Y vio Dios estaba bien. 26Y dijo Dios: “Hagamos al ser
humano a nuestra imagen como semejanza* nuestra; y manden en los peces del
mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la alimaña terrestre, y
en todas las sierpes que serpean por la tierra.” 27Creó, pues, Dios al ser humano
a imagen suya, a imagen de Dios le creó; Macho y hembra los creó. 28Y bendíjo-
los Dios, y díjoles Dios: “Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra, y so-
metedla, mandad en los peces del mar y a las aves de los cielos y en todo animal
que serpea sobre la tierra. 29Dijo Dios: “Ved que os he dado toda hierba de semi-
lla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto
de semilla; Para vosotros será de alimento. 30Y a todo animal terrestre, ave de
los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animales de vida, toda la hierba ver-
de les doy de alimento.” Y así fue. 31Vio Dios cuanto había hecho; y todo estaba
muy bien. Y atardeció y amaneció: Día sexto. 2: 1Concluyéronse, pues, los cielos
y la tierra, y todo su aparato. 2Y dio por concluido Dios en el séptimo día la la-
bor que había hecho; Y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. 3Y
bendijo al día séptimo y le santificó; Porque en él cesó Dios de toda la obra
creadora que Dios había hecho. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Sexto del Salmo Doce Y lee lo indicado del (Salmo 12 ‘13’:
3 y 1). 3¡Mira, respóndeme, Señor, Dios mío! ¡Ilumina mis ojos, no me duerme en
52
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
la muerte! (Stíjo) 1¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás? ¿Por siempre? ¿Hasta
cuándo me ocultarás Tu Rostro? al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 2: 1 - 22]
1Hijo mío, si das acogida a mis palabras y guardas en tu memoria mis
mandatos, 2Prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia.
3Si invocas a la inteligencia, y llamas a voces a la prudencia; 4Si la buscas como la
plata y como un tesoro la rebuscas, 5Entonces entenderás el temor del Señor y la
ciencia de Dios encontrarás. 6Porque el Señor es el que da la sabiduría, de su boca
nacen la ciencia y la prudencia. 7Reserva el éxito para los rectos, es escudo para
quienes proceden con entereza; 8Vigila las sendas de la equidad de los justos, y
guarda el camino de sus amigos. 9Entonces entenderás la justicia, la equidad y la
rectitud: Todos los senderos del bien. 10Cuando entre la sabiduría en tu corazón, y
la ciencia sea dulce para tu alma, 11Velará sobre ti la reflexión y la prudencia te
guardará, 12Apartándote del mal camino, del hombre que propone planes
perversos, 13De los que abandonan EL recto sendero, par ir por caminos
tenebrosos; 14De los que gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad;
15Cuyos senderos son tortuosos, y sus sendas llenas de revueltas. 16Ella te apartará
de mujer ajena, de la extraña de palabras melosas; 17Que ha dejado al amigo de su
juventud, y ha olvidado la alianza de Su Dios; 18Su casa está inclinada hacia la
muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos. 19Nadie que entre por ella
volverá, no alcanzará las sendas de la vida. 20Por eso has de ir por el camino de los
buenos, seguirás las sendas de los justos. 21Porque los rectos habitarán la tierra, y
los íntegros se mantendrán en ella. 22Pero los malos serán cercenados de la tierra,
se arrancarán de ella a los desleales.
1º VIERNES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Quinto del Salmo Diecinueve. Y lee lo
indicado del (Salmo 19 ‘20’: 2). 2El Señor te responda el día de la angustia,(Stíjo) ¡Protéjate
el nombre del Dios de Jacob!
Diácono: Sabiduría.
53
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 2: 20 - 3: 20]
20El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a to-
dos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda ade-
cuada. 21Entonces el Señor Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre;
El cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
22De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre formó una mujer y
la llevó ante el hombre. 23Entonces éste exclamó. 23Esta vez sí que es hueso de
mis huesos, y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque del varón ha
sido tomada. 24Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mu-
jer, y se hacen una sola carne. 25Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer,
pero no se avergonzaban uno del otro. 3: 1La serpiente era el más astuto de todos
los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: “¿Có-
mo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?
2Respondió la mujer a la serpiente: “Podemos comer del fruto de los árboles del
jardín. 3Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No
comáis de él, ni le toquéis, es pena de muerte. 4Replicó la serpiente a la mujer:
“De ninguna manera moriréis. 5Dios sabe muy bien que el día en que comiereis
de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del
mal.” 6Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la
vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también
a su marido, que igualmente comió. 7Entonces se les abrieron a entrambos los
ojos, y se dieron cuenta que estaban desnudos; Y cosiendo hojas de higuera se
hicieron unos ceñidores. 8Oyeron luego el ruido de los pasos del Señor Dios que
se paseaba en el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaban
de la vista del Señor Dios por entre los árboles del jardín. 9El Señor Dios llamó
al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”. 10Éste contestó: “Te oí andar por el jardín y
tuve miedo, porque estoy desnudo; Por eso me escondí.” 11Él replicó: “¿Quién
te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te
prohibí comer?” 12Dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera, me
dio del árbol y comí.” 13Dijo, pues, el Señor Dios a la mujer: “¿Por qué lo has
hecho?” Y contestó la mujer: “La serpiente me sedujo, y comí.” 14Entonces el
Señor Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas
las bestias y entre todos loa animales del campo. andarás arrastrando Sobre tu
vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15Enemistad pon-
dré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza, mien-
tras acechas tú su calcañar.” 16A la mujer le dijo: “Tantas haré tus fatigas
cuantos sean tus embarazos; Con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu
apetencia, y él te dominará. 17Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
tu mujer, y comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldito sea
la suelo por tu causa; Con fatigas sacarás de él el alimento todos los días de tu
vida. 18Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. 19Con el
sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste
formado; Porque eres polvo, y al polvo tornarás.” 20El hombre llamó a su mujer
“Eva”, por ser ella la madre de todos los vivientes. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Sexto del Salmo Veinte Y lee lo indicado del (Salmo 20 ‘21’:
13 y 1). 13¡Levántate, Señor, con Tu Poder, y cantaremos, salmodiaremos a Tu
Poderío. (Stíjo) 1Señor, en Tu Fuerza se regocija el rey.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 3: 19 - 34]
19Con la sabiduría fundó el Señor la tierra; Consolidó los cielos con
inteligencia. 20Con Su ciencia se abrieron lo océanos, y las nubes destilan el rocío.
21Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos;
22Serán vida para tu alma, Y adorno para tu cuello. 23Asís irás tranquilo por tu
camino, y no tropezará tu pie. 24No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado,
será dulce tu sueño. 25No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la
tormenta de los malos, 26Porque el Señor será tu tranquilidad, y guardará tu pie
de caer en el cepo. 27No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el
hacerlo. 28No digas a tu prójimo: “Vete y vuelve, mañana te daré”, si tienes algo
en tu poder. 29No trames mal contra tu prójimo, cuando se sienta confiado junto a
ti. 30No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal. 31No
envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos. 32Porque el Señor
abomina a los perversos, pero Su Intimidad la tiene con los rectos. 33La maldición
del Señor en la casa del malvado; En cambio bendice la mansión del justo. 34Con
los arrogantes es también arrogante, otorga Su Favor a los pobres.
2º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Sexto del Salmo Treinta y
uno. Y lee lo indicado del (Salmo 31 ‘32’: 11 y 1). 11¡Alegraos en el Señor, Oh justos, exultad,
gritad de gozo, todos los de recto corazón! (Stíjo) 1¡Dichoso el que es perdonado
de su culpa y le queda cubierto su pecado!
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 4: 16 - 26]
16Caín salió de la presencia del Señor, y se estableció en el país de Nod, al
oriente de Edén. 17Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc.
Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc como el nombre de su hijo.
18A Henoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael, Mejuyael engendró a Me-
tusael, y Metusael engendró a Lámek. 19Lámek tomó dos mujeres; La primera
llamada Adá, y la segunda Sil-lá. 20Y Ada dio a luz a Yabal, el cual vino a ser
padre de los que habitan en tiendas, y crían ganado. 21El nombre de su hermano
era Yubal, padre de cuantos tocan la cítara y la flauta. 22Sil-lá por su parte en-
gendró a Túbal-Caín, padre de todos los forjadores de cobre y de hierro. Her-
mana de Túbal-Caín, fue Naamá. 23Y dijo Lámek a sus mujeres: “Adá, y Sil-lá,
oíd mi voz; Mujeres de Lámek, escuchad mi palabra: Yo maté a un hombre por
una herida que me hizo; Y a un muchacho por un cardenal que recibí: 24Caín
será vengado siete veces, mas Lámek lo será setenta veces siete.” 25Adán cono-
ció otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que puso por nombre Set, di-
ciendo: “Dios me ha otorgado otro descendiente en lugar de Abel, porque le
mató Caín.” 26También a Set le nació un hijo, al que puso por nombre su nom-
bre Enós. Este fue el primero en invocar el nombre del señor. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Primero del Salmo Treinta y dos Y lee lo indicado del
(Salmo 32 ‘33’: 22 y 1). 22Sea Tu Amor, Oh Señor, sobre nosotros, como está en Ti nuestra
esperanza. (Stíjo) 1¡Gritad de júbilo, justos, por el Señor! De los rectos es propia la
alabanza.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 5: 15 - 6: 3]
Hijo mío: 15Bebe el agua de tu cisterna, la que brota de tu pozo. 16¿Se van a
desbordar por fuera tus arroyos, las corrientes de agua por las plazas? 17Que sean
para ti solo, no para que las beban contigo los extraños. 18--Sea tu fuente bendita;
Gózate con la mujer de tu mocedad. 19Cierva amable, graciosa gacela;
Embriáguente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre.
20¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña?
21Pues los caminos del hombre están en la presencia del Señor, Él vigila todos sus
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
senderos. 22El malvado será presa de sus propias maldades; Con los lazos de su
pecado se le capturará. 23Morirá por su falta de instrucción, por su gran necedad
se perderá. 6: 1Si has salido, hijo mío, fiador de tu amigo, si has chocado tu mano
con un extraño; 2Si te han obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de
tu boca te has dejado prender; 3Haz lo que te aconsejo, hijo mío, para quedar libre.
2º VIERNES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Treinta y
nueve. Y lee lo indicado del (Salmo 39 ‘40’: 11 y 1). 11¡Que Tu Amor y Tu verdad incesantes
me guarden, Oh Señor! (Stíjo) 1Y yo, en el Señor he esperado, en Él puse toda mi
esperanza.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 5: 32 - 6: 8]
5: 32Era Noé de quinientos años, cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet. 6:
1Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre la haz de la tierra y les
nacieron hijas; 2Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían
bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de entre todas ellas. 3Entonces
dijo el Señor: “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque
no es más que carne; Que sus días sean ciento y veinte años.” 4Los Nefilim (gi-
gantes) existían en la tierra en aquel entonces (y también después), cuando los
hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres, y ellas les daban hijos; Estos
fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos. 5Viendo el Señor que la
maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que idea-
ba su corazón eran puro mal de continuo solamente el mal; 6Le pesó al Señor de
haber hecho al hombre en la tierra, y se indignó en su corazón. 7Y dijo El Señor:
“Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he criado, --desde el
hombre hasta los ganados, las sierpes y las aves del cielo-- porque me pesa
haberlos hecho.” 8Pero Noé halló gracia a los ojos del Señor. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Sexto del Salmo Cuarenta: Y lee lo indicado del (Salmo 40
‘41’: 5 y 2). 5Yo he dicho: “Tenme piedad, Oh Señor, sana mi alma, pues contra ti he
pecado.”(Stíjo) 2¡Dichoso el que cuida del débil y del pobre! En día de desgracia le
librará el Señor!
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
57
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 6: 20 - 7: 2]
20Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre, Y no desprecies la lección de tu
madre.21Tenlos atados siempre a tu corazón, Enlázalos a tu cuello; 22En tus pasos
ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; Conversarán contigo al
despertar. 23Porque el mandato es una lámpara, y la lección una luz; Camino de
vida los reproches y la instrucción; 24Para librarte de la mujer perversa, de la
lengua suave de la extraña. 25No codicies su hermosura en tu corazón; No te
cautive con sus párpados; 26Porque un mendrugo de pan basta a la prostituta,
pero la casada va a la caza de una vida preciosa. 27¿Puede uno meter fuego en su
regazo sin que le ardan los vestidos? 28¿Puede uno Andar sobre las brasas sin que
le quemen los pies? 29Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo; No saldrá
ileso ninguno que la toque. 30No se desprecia al ladrón cuando roba para llenar su
estómago, porque tiene hambre; 31Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo, tiene
que dar todos los bienes de su casa. 32Pero el que hace adulterar a una mujer, es
un mentecato; Un suicida es el que lo hace. 33Encontrará golpes y deshonra y su
vergüenza no se borrará. 34Porque los celos enfurecen al marido, y no tendrá
piedad el día de la venganza. 35No hará caso de compensación alguna; Aunque
prodigues regalos, no aceptará.7:1Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como
un tesoro mis mandatos. 2Guarda mis mandamientos, y vivirás; Sea mi lección ley
como la niña de tus ojos. Honra, hijo mío a Tu Señor, Él te enseñará, y no temerás
ninguno otro que Él.
3º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Cincuenta y
uno. Y lee lo indicado del (Salmo 51 ‘52’: 8 y 1). 8 (10)En el Amor de Dios confío para siempre
jamás. (Stíjo) 1(3)¿Por qué te glorías del mal, héroe de la infamia?
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 7: 6 - 9]
6Noé contaba seiscientos años cuando acaeció el diluvio, las aguas, sobre
la tierra. 7Noé entró en el arca, y con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus
hijos, para salvarse de las aguas del diluvio. 8(De los animales puros, y de los
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
animales que no son puros, y de las aves, y de todo lo que serpea por el suelo,
9sendas parejas de cada especie entraron con Noé en el arca, machos y hembras,
como había mandado Dios a Noé). Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Cuarto del Salmo Cincuenta y dos Y lee lo indicado del
(Salmo 52 ‘33’: 7 y 1). 7¡Cuando Dios cambie la suerte de su pueblo, exultará Jacob, se
alegrará Israel! (Stíjo) 1Dice en su corazón el insensato: “No hay Dios”.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 9: 12 - 18]
Hijo mío: 12Si te haces sabio, te haces para tu provecho, y si arrogante, tú
solo lo tendrás que pagar. (El hijo educado será sabio, y tomará al insensato por siervo.
Él que se inclina hacia la mentira, éste pastoreará aires y perseguirá las aves voladoras.
Porque se alejó del camino de su campo y erró en labrarlo; mas anda en un desierto sin
agua y entrará en tierra que se prolongó su sequedad, pues con sus manos juntará escasos
de sus frutos) 13La mujer necia es alborotada, todo simpleza, no sabe nada. (está con
necesidad de pan y no conoce la vergüenza) 14Se sienta a la puerta de su casa, sobre un
trono, en las colinas de la ciudad, 15Para llamar a los que pasan por el camino, a
los que van derechos por sus sendas; 16”Si alguno es simple, véngase acá” y al
falto de juicio le dice: 17“Son dulces las aguas robadas y el pan a escondidas es
sabroso”. 18No sabe el hombre que allí moran las sombras; sus invitados van a los
valles del Seol. (Pero, tú, hijo mío, aléjate de ella y no dejes que tus ojos la miren, así
evitarás beber aguas extrañas y pasar un río extranjero. Aléjate de las aguas extrañas y no
bebas de una fuente que no es la tuya; Vivirás pues largos días y se aumentarán los años de
tu vida.)
3º VIERNES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Cincuenta y
nueve. Y lee lo indicado del (Salmo 59 ‘60’: 13 y 3). 13Danos ayuda contra el adversario, que
es vano el socorro del hombre. (Stíjo) 3Nos has rechazado, Oh Dios, nos has des-
hecho.
Diácono: Sabiduría.
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 8: 3 - 21]
4Y en el mes séptimo, el días diecisiete del mes varó el arca sobre los mon-
tes de Ararat. 5Las aguas siguieron menguando paulatinamente hasta el mes
décimo, y el día primero del décimo mes, asomaron las cumbres de los montes.
6Al cabo de cuarenta días, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca, 7Y
soltó al cuervo, el cual estuvo saliendo, y retornando hasta que se secaron las
aguas sobre la tierra. 8Después soltó a la paloma, para ver si habían menguado
ya las aguas de la superficie terrestre. 9La paloma, no hallando donde posar el
pie tornó donde él, al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la tie-
rra; Y alargando él su mano, la asió y metióla consigo en el arca. 10Aún esperó
otros siete días, y volvió a soltar la paloma fuera del arca. 11La paloma vino al
atardecer: y he aquí que traía en el pico un ramo verde de oliva , por donde co-
noció Noé que habían desminuido las aguas de encima de la tierra. 12Aún espe-
ró otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió donde él. 13El años
seiscientos uno de la vida de Noé, el día primero del primer mes, se secaron las
aguas de encima de la tierra. Noé retiró la cubierta del arca, miró, y he aquí que
estaba seca la superficie de la tierra. 14En el segundo mes, el día veintisiete días
del mes, quedó seca la tierra. 15Habló entonces Dios a Noé en estos términos:
16“Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. 17Saca
contigo todos los animales de toda especie que te acompañan, aves, ganados y
todas las sierpes que reptan sobre la tierra. Que pululen sobre la tierra y sean
fecundos y se multipliquen sobre la tierra.” 18 Salió, pues, Noé, y con él sus
hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. 19Todos los animales, todos los gana-
dos, todas las aves, y todas las sierpes que reptan sobre la tierra, salieron por
familias del arca. 20Noé construyó un altar al Señor y tomando de todos los
animales puros y de todas las aves puras, ofreció holocausto en el altar. 21Y as-
piró el Señor el calmante aroma. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Sexto del Salmo Sesenta: Y lee lo indicado del (Salmo 60
‘61’: 2 y 9). 2¡Escucha, Oh Dios, mi clamor, atiende a mi plegaria! Stíjo) 9¡Entonces
salmodiaré a Tu Nombre para siempre, día tras día cumpliré mis votos.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 10: 31 - 11: 12]
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
31La boca del justo da frutos de benevolencia; La lengua perversa será
cortada. 32Los labios del justo saben de benevolencia; La boca de los malos de
perversidad. 11:1Abominación del Señor la balanza falsa; Pero el peso justo gana su
favor. 12Detrás de la insolencia viene el insulto; Mas con los modosos está la
sabiduría. 3A los rectos su integridad les guía; a los pérfidos les arruina su
perversidad. 4Nada servirán riquezas el día de la ira; Mas la justicia libra de la
muerte. 5A los íntegros su justicia les allana el camino; Pero el cae en su malicia.
6A los rectos les salva su justicia; Los pérfidos en su codicia son atrapados. 7En la
muerte del malo se esfuma la esperanza; La confianza en las riquezas se
desvanece. 8El justo es librado de la angustia; Y el malo viene a ocupar su lugar.
9Con la boca el impío pierde a su vecino, por la ciencia se liberan los justos. 10Con
en el bien de los justos la ciudad se regocija; Con la perdición de los malos grita de
alegría. 11Con la bendición de los rectos, se levanta la ciudad; La boca de los malos
la destruye. 12Quien desprecia a su vecino es un insensato; El hombre discreto se
calla.
4º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Setenta y
uno. Y lee lo indicado del (Salmo 71 ‘72’: 18 y 1). 18¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el
Único que hace maravillas! (Stíjo) 1Oh Dios, da al rey Tu Juicio, al hijo de rey Tu
Justicia.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 9: 18 - 10: 1]
18Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam es el
padre de Canaán, 19Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos se po-
bló toda la tierra. 20Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña. 21Bebió del
vino, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda. 22Vio Cam, padre de
Canaán, la desnudez de su padre, y avisó a sus dos hermanos afuera. 23Entonces
Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia
atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. 24Cuando
despertó Noé de su embriaguez y supo los había hecho con él su hijo menor,
25dijo: “¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus hermanos!” 26Y di-
jo: “¡Bendito sea el Señor, el Dios de Sem, y sea Canaán esclavo suyo!” 27¡Haga
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Dios dilatado a Jafet; Habite en las tiendas de Sem y sea Canaán esclavo suyo!”.
28Vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años. 29El total de los días
de Noé fue de novecientos cincuenta años, y murió. 10:1Esta es la descendencia
de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, a quienes les nacieron hijos después del
diluvio. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Cuarto del Salmo Setenta y dos Y lee lo indicado del
(Salmo 72 ‘73’: 28 y 1). 28Mas para mí, mi bien es estar junto a Dios; He puesto mi cobijo
en el Señor, a fin de publicar todas Tus Obras. (Stíjo) 1En verdad bueno es Dios para
Israel; El Señor para los de puro corazón.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 12: 23 - 13: 10]
Hijo mío: 23El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato
proclama su necedad. 24La mano diligente obtiene el mando; La flojedad acaba en
trabajos forzados. 25Ansiedad en el corazón deprime al hombre, pero una palabra
buena le causa alegría. 26El justo enseña el camino a su prójimo, el camino de los
malos los extravía. 27El indolente no pone asar su caza; la diligencia es la mejor
fortuna del hombre. 28En la senda de la justicia está la vida; El camino de los
rencorosos lleva a la muerte. 13:1El hijo sabio atiende a la instrucción de su padre,
el arrogante no escucha la reprensión. 2Con el fruto de su boca, come el hombre lo
que es bueno, pero el alma de los pérfidos se nutre de violencia. 3Quien vigila su
boca, guarda su vida; Quien abre sus labios, busca su ruina. 4Tiene hambre el
perezoso, mas no se cumple su deseo; el deseo de los diligentes queda satisfecho.
5El justo odia la palabra mentirosa, pero el malo infama y deshonra. 6La justicia
guarda al íntegro en su camino, mas la maldad arruina al pecador. 7Hay quien se
hace el pobre y tiene gran fortuna. 8El precio de la vida de un hombre es su
riqueza; Pero el pobre no hace caso a la amenaza. 9La luz de los justos
alegremente luce, la lámpara de los malos se apaga. 10La insolencia sólo disputas
proporciona; con los que admiten consejos está la sabiduría
4º VIERNES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Setenta y
nueve. Y lee lo indicado del (Salmo 79 ‘80’: 13 y 3). 2Tú que estás sentado entre querubines,
62
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
resplandece, ¡Despierta Tu Poderío y ven en nuestro auxilio! (Stíjo) 2¡Pastor de
Israel, escucha!
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 12: 1 - 7]
1El Señor dijo a Abram: “Vete de tu tierra y de tu patria y de la casa de tu
padre, a la tierra que yo te mostraré. 2De ti haré una nación grande y te bendeci-
ré. Engrandeceré tu nombre, y sé Tú una bendición. 3Bende-ciré a quienes te
bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los lina-
jes de la tierra.” 4Marchó, pues, Abram, como se lo ha dicho el Señor, y con él
marchó Lot. Tenía Abram setenta y cinco años cuando salió de Jarán. 5Tomó
Abram a Saray, su mujer, y a Lot hijo de su hermano, con toda la hacienda que
habían logrado, y el personal que habían adquirido en Jarán, y salieron para
dirigirse a Canaán; Llegaron a Canaán. 6Y Abram atravesó el país hasta el lugar
sagrado de Siquem, hasta la encima de Moré. Por entonces estaban los Cana-
neos en el país. 7El Señor se apareció a Abram y le dijo: “A tu descendencia he
de dar esta tierra”. Entonces edificó allí un altar al Señor, que se le había apare-
cido. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Segundo del Salmo Ochenta: Y lee lo indicado del (Salmo
80 ‘81’: 2 y 3 - 4). 2¡Gritad de gozo a Dios, nuestra fuerza. (Stíjo) 3-4¡Tocad el tamboril la
melodiosa cítara y el arpa, Tocad la trompeta.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 14: 15 - 26]
15El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos.16El sabio
teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado. 17El de genio
pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado. 18La herencia de los simples
es la necedad, los cautos son coronados de ciencia. 19Los malos se postran delante
de los buenos, los malvados a la puerta de los justos. 20Incluso a su vecino es
odioso el pobre, pero son muchos los amigos del rico. 21Quien desprecia a su
comete pecado, dichoso el que tiene piedad de los pobres. 22¿No andan
extraviados los que piensan el mal? Amor y lealtad los que planean el bien.23Toda
trabajo produce abundancia, la charlatanearía sólo indigencia. 24Corona de los
sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es necedad. 25Salvador de vida es
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La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
el testigo veraz, quien profiere mentira es un impostor. 26El temor del Señor es
seguridad inexpugnable; Sus hijos tendrán en él refugio.
5º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Noventa y
tres. Y lee lo indicado del (Salmo 93 ‘94’:1 y 2). 1¡Dios de las venganzas el Señor, Dios de las
venganzas aparece! (Stíjo) 2¡Levántate, Juez de la tierra, da su merecido a los so-
berbios!
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 17: 1 - 9]
1Cuando Abram tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le
dijo: “Yo soy el Sadday, (Dios Todopoderoso); anda en mi presencia, y sé perfecto.
2Yo establezco mi alianza entre nosotros dos y te multiplicaré sobremanera.”
3Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así: 4“Por mi parte he aquí mi
alianza contigo: Serás padre de una muchedumbre de pueblos. 5No te llamarás
más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre
de pueblos te he constituido. 6Te haré fecundo sobremanera, y te convertiré en
pueblos, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y
con tu descendencia después de ti, de generación en generación, una alianza
eterna, de ser yo el Dios tuyo, y el de tu posteridad. 8Yo te daré a ti, y a tu poste-
ridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en pose-
sión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos”. 9Dijo Dios a Abraham: “Guarda,
pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Sexto del Salmo Noventa y Cinco Y lee lo indicado del
(Salmo 95 ‘96’: 1 - 2). 1¡Cantad al Señor un canto nuevo, cantad al Señor, toda la tierra.
(Stíjo) 2¡Cantad al Señor, Su Nombre bendecid! Anunciad Su Salvación día tras día.
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 15: 20 - 16: 9]
20El hijo sabio es la alegría de su padre, el hombre necio desprecia a su
madre. 21La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en
derechura. 22Donde no hay consulta, los planes fracasan; Con muchos consejeros
64
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
se llevan a cabo. 23El hombre halla alegría en la respuesta de su boca; una palabra
a tiempo, ¡qué cosa más buena! 24Camino de la vida, hacia arriba, para que se
aparte del seol, que está abajo. 25La casa de los soberbios la destruye el Señor: y
mantiene en pie los linderos de la viuda. 26El Señor Abomina los proyectos
perversos; Pero son puras las palabras agradables. 27Quien se da a robo, perturba
su casa; Quien odia los regalos, vivirá.28El corazón del justo recapacita para
responder, la boca de los malos esparce maldades. 29El Señor se aleja de los malos,
y escucha la plegaria de los justos. 30Una mirada luminosa alegra el corazón, una
buena noticia reanima el vigor. 31Oído que escucha reprensión saludable, tiene su
morada entre los sabios 32Quien desatiende la corrección se desprecia a sí mismo,
quien escucha la reprensión adquiere sensatez. 33El temor del Señor instruye en
sabiduría; Y delante de la gloria va la humildad. 16:1Al hombre, los planes del
corazón, Pero del Señor la respuesta. 2Al hombre le parecen puros todos sus
caminos, pero el Señor pondera los espíritus. 3Encomienda tus obras al Señor, Y
tus proyectos se llevarán a cabo. 4Todas las obras del Señor tienen su propio fin.
Hasta el malvado, para el día del mal. 5El Señor Abomina al de corazón altivo, de
cierto no quedará impune. 6Con amor y lealtad se expía la falta; Con el temor del
Señor se evita el mal. 7Cuando el Señor se complace de la conducta de un hombre,
hasta a sus enemigos los reconcilia con él. 8Más vale poco con justicia, que mucha
renta sin equidad. 9El corazón del hombre medita su camino, pero el Señor quien
asegura sus pasos.
5º VIERNES DE LA CUARESMA
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Ciento y
dos. Y lee lo indicado del (Salmo 102 ‘103’: 8 y 1). 8¡Clemente y Compasivo es el Señor, Tardo
a la cólera y Lleno de amor! (Stíjo) 1¡Bendice al Señor, alma mía, del fondo de mi
ser, Su Santo Nombre!
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 22: 1 - 18]
1Después de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abraham y le dijo:
“¡Abraham, Abraham!” Él respondió: “Heme aquí” 2Díjole: “Toma a tu hijo, a tu
único, al que amas, a Isaac. Vete al país de Moria y ofrécelo allí en holocausto en
uno de los montes que yo te diga.” 3Levantóse, pues, Abraham de madrugada,
aparejó su asno y tomó consigo dos mozos suyos, y a su hijo Isaac. Partió la leña
del holocausto y se marchó hacia el lugar que le había dicho Dios. 4Al tercer día
levantó los ojos, y vio el lugar desde lejos. 5Entonces dijo Abraham a sus mozos:
65
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
“Quedaos aquí con el asno, yo y el muchacho iremos hasta allí, hacemos la ado-
ración, y volveremos donde vosotros. 6Tomó Abraham la leña del holocausto, la
cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los
dos juntos. 7Dijo Isaac a su padre Abraham: “¡Padre!” Respondió: “¿Qué hay,
hijo?” --“Aquí está el fuego y la leña; Pero ¿dónde está el cordero para el holo-
causto?” 8Dijo Abraham: “Dios proveerá de cordero para el holocausto, hijo
mío.” Y siguieron andando los dos juntos. 9Llegados al lugar que le había dicho
Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña, luego y ató a Isaac, su
hijo, y le puso sobre el ara encima de la leña. 10Alargó Abraham su mano y tomó
el cuchillo, para inmolar a su hijo. 11Entonces le llamó el ángel del Señor desde
los cielos diciendo: “¡Abraham, Abraham!” Él dijo: “Heme aquí.” 12Dijo el ángel:
“No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada; que ahora ya sé que tú
eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único.” 13Levantó
Abraham los ojos, miró y vio un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos.
Fue Abraham, tomó el carnero, y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo.
14Abraham llamó a aquel lugar. “El Señor provee”, de donde tanto se dice hoy:
“En el monte ‘El provee’.” 15El ángel del Señor llamó a Abraham por segunda
vez desde los cielos, 16Y dijo: “Por mí mismo juro, oráculo del Señor, que por
haber hecho esto, y no haberme negado tu hijo, tu único; 17Yo te colmaré de
bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del
cielo, y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta
de sus enemigos. 18Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la
tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz.” Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Cuarto del Salmo Ciento y Tres: Y lee lo indicado del
(Salmo 103 ‘104’: 24 y 35). 24¡Cuán numerosas Tus Obras, Oh Señor! Todas las has hecho
con sabiduría. (Stíjo) 35¡Bendice al Señor, Alma mía!
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 17: 17 - 18: 5]
17El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de angustia.
18El hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su vecino. 19El que
ama el pecado, ama los golpes; el que es altanero, busca la ruina. 20El de corazón
pervertido, no hallará la dicha; El de lengua doble caerá en desgracia. 21El que
engendra un necio, es para su mal; No tendrá alegría el padre del insensato. 22El
corazón alegre mejora la salud; El espíritu abatido seca los huesos. 23El malo
acepta regalos en su seno, para torcer las sendas del derecho. 24Ante el hombre
66
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
inteligente está la sabiduría, los ojos del necio en los confines de la tierra. 25Hijo
necio, tristeza de su padre, y amargura de la que lo engendró. 26No es bueno
poner multa al justo, golpear a los nobles es contra derecho. 27El que retiene sus
palabras es conocedor de la ciencia, el de sangre fría es hombre inteligente.
28Hasta el necio, si se calla, se le tiene por sabio, por inteligencia, si cierra los
labios. 18:1El que vive apartado, busca su capricho, se enfada por cualquier consejo.
2El necio no haya gusto en la prudencia, sino en manifestar su corazón. 3Cuando
llega la maldad, también llega el desprecio, y con la afrenta viene la ignorancia.
4Las palabras en la boca del hombre son aguas profundas; Torrentes desbordados,
fuentes de sabiduría. 5No es bueno tener miramientos con el malo, para quitar, en
el juicio, la razón al justo.
6º MIÉRCOLES DE LA CUARESMA
Anterior al de Domingo de Ramos
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Cuarto del Salmo Ciento Ca-
torce. Y lee lo indicado del (Salmo 114-115 ‘116’:8 y 1). 8Caminaré en la presencia del Señor,
por la tierra de los vivos. (Stíjo) 1Yo amo, porque el Señor escucha mi vos supli-
cante.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 43: 26 - 30, 45: 1 - 16]
26Al entrar José en casa, le presentaron el regalo que llevaban consigo y se incli-
naron hasta el suelo. 27Él les saludó y les preguntó: “Vuestro anciano padre de
quien me hablasteis,¿vive aún?” 28Y le dijeron: “Está bien tu siervo, nuestro pa-
dre; todavía vive.” Y postrándose se inclinaron. 29Entonces José volvió los ojos y
vio a Benjamín, su hermano de madre, y dijo: “¿Éste es vuestro hermano menor,
de quien me hablasteis?” Y añadió: “Dios te guarde, hijo mío.” 30José tuvo que
darse prisa, porque le daba ganas de llorar de emoción por su hermano, y en-
trando en el cuarto lloró allí. 31Luego se lavó la cara, salió, 45:1Ya no pudo José
contenerse delante de todos los que en pie le asistían y exclamó: “Echad a todo
el mundo de mi lado.” Y no quedó nadie con él mientras se daba a conocer José
a sus hermanos. 2(Y se echó a llorar a gritos, y oyeron los egipcios, y lo oyó has-
ta la casa de Faraón.) 3José dijo a sus hermanos: “Yo soy José. ¿Vive aún mi pa-
dre?” Y sus hermanos no podían contestarle, porque se habían quedado
atónitos ante él. 4José dijo a sus hermanos: “Vamos, acercaos a mí.” Se acerca-
ron, y él continuó: “Yo soy vuestro hermano José, a quien vendisteis a los egip-
cios. 5Ahora bien, no os pese mal, ni os dé enojo el haberme vendido acá; Pues
67
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. 6Porque con éste van dos
años de hambre por la tierra, y aún quedan cinco años en que ni habrá arada ni
siega. 7Dios me ha enviado delante de vosotros, para que podáis sobrevivir en
la tierra y para salvaros la vida mediante una feliz liberación. 8O sea, que no
fuisteis vosotros me enviasteis acá, sino Dios, y Él me ha convertido en padre de
Faraón, en dueño de toda su casa y amo de todo Egipto. 9Subid de prisa a don-
de mi padre, y decidle: ‘Así dice tu hijo José: Dios me ha hecho dueño de todo
Egipto; Baja a mí sin demora. 10Vivirás en el país de Gosén, y estarás cerca de
mí, tú y tus hijos y nietos, tus ovejas y tus vacados y todo cuanto tienes. 11Yo te
sustentaré allí, pues todavía, faltan cinco años de hambre, no sea que quedéis en
la miseria tú y tu casa, y todo lo tuyo.’ 12Y he aquí, Con vuestros propios ojos
estáis viendo, y también mi hermano Benjamín con los suyos, que es mi boca la
que os habla. 13Notificad, pues, a mi padre toda mi autoridad en Egipto, y todo
lo que habéis visto, y enseguida bajad a mi padre acá.”14Y echándose al cuello
de su hermano Benjamín, lloró; También Benjamín lloró sobre el cuello de José.
15Luego besó a todos sus hermanos, llorando sobre ellos; Después de lo cual sus
hermanos estuvieron conversando con él. 16En el palacio de Faraón corrió la
voz: “Han venido los hermanos de José.” La cosa calló bien a Faraón y a sus
siervos. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Cuarto del Salmo Ciento Quince Y lee lo indicado del
(Salmo 114-115:18 y 10) 18¡Cumpliré mis votos al Señor , Sí, en presencia de todo Su
pueblo. (Stíjo) 10¡Tengo fe, aún cuando digo: “Muy desdichado soy”!
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 21: 23 - 22: 4]
23El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de la angustias. 24Al
insolente y altivo se le llama: “Arrogante”; Actúa en el exceso de su insolencia.
25El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos rehúsan el traba-
jo. 26Todo el día está el malo codicioso; Pero el justo da, sin rehusar jamás. 27El
sacrificio de los malos es abominable, sobre todo si se ofrece con mala intención.
28El testigo falso perecerá, el hombre que escucha, por siempre podrá hablar.
29El hombre malo se muestra atrevido, el afianza su camino. 30No hay sabiduría,
ni hay prudencia ni hay consejo, delante el Señor. 31Se prepara caballo para el
día del combate. Pero la victoria es del Señor. 22:1Más vale buen nombre que
muchas riquezas; Y mejor es favor que plata y oro. 2El rico y el pobre se encuen-
68
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
tran; A los dos hizo el Señor. 3El hombre precavido ve el mal y se esconde, los
simples pasan, y reciben castigo. 4Premio de la humildad el temor del Señor; La
Riqueza, el honor y la vida.
6º VIERNES DE LA CUARESMA
Anterior al de Domingo de Ramos
Diácono: Espéras
Lector: Prokímenon de la Tarde en el Tono Tercero del Salmo Ciento
Veintitrés . Y lee lo indicado del (Salmo 123 ‘124’: 8 y 1). 8Nuestro socorro en el Nombre del
Señor; Que hizo el cielo y la tierra. (Stíjo) 1Si el Señor no hubiera estado --Que lo
diga Israel-- Si el Señor no hubiera estado
Diácono: Sabiduría.
Lector: Primera Lectura del Libro de Génesis.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee [Génesis 49: 33 - 50: 26]
33Y en habiendo acabado Jacob de hacer encargos a sus hijos, recogió sus pier-
nas en el lecho, expiró y se reunió con los suyos. 50:1 José calló sobre el rostro de
su padre, lloró sobre él y lo besó. 2Luego encargó José a sus servidores médicos
que embalsamasen a su padre: y los médicos embalsamaron a Israel.
3Emplearon en ello cuarenta días, porque este es el tiempo que se emplea con
los embalsamados. Y los egipcios le lloraron durante setenta días.
4Transcurridos los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón en estos
términos: “Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, por favor, haced llegar a
oídos de Faraón esta palabra: 5Mi padre me tomó juramento diciendo: ‘Yo me
muero. Yo me muero; En el sepulcro que yo me labré en el país de Canaán, allí
me has de sepultar.’ Ahora, pues, permíteme que suba a sepultar a mi padre, y
luego volveré.” 6Dijo Faraón: “Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.”
7Subió José a enterrar a su padre; y con él subieron todos los servidores de Fa-
raón, los más viejos de palacio y todos los ancianos de Egipto. 8Así como toda la
familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Tan sólo a sus pequeñue-
los, sus rebaños y vacadas, dejaron en el país de Gosén. 9Subieron con él ade-
más carros y aurigas; Un cortejo muy considerable. 10Llegaron a Goren Haatad,
que está allende el Jordán, hicieron allí un duelo muy y solemne, y José lloró a
su padre durante siete días. 11Los cananeos, habitantes del país, vieron el duelo
de Goren Haatad y dijeron: “Duelo de importancia es ése de los egipcios.” Por
eso se llamó el lugar Abel-Misráyim, que está allende el Jordán. 12Sus hijos,
pues, hicieron por él, como él se lo había mandado; 13Le llevaron sus hijos al
69
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
país de Canaán, y le sepultaron en la cueva del campo de la Makpelá, el campo
que había comprado Abraham en propiedad sepulcral a Efrón el hitita, enfrente
de Mambré. 14Regresó José a Egipto, con sus hermanos, y todos cuantos habían
subido con él a sepultar a su padre. 15Vieron los hermanos de José que había
muerto su padre y dijeron: “A ver si José nos guarda rencor y nos devuelve to-
do el daño que le hicimos.” 16Por eso mandaron a José este recado: “Tu padre
encargó antes de su muerte: 17‘Así diréis a José; Por favor perdona el crimen de
tus hermanos y su pecado.’ ‘Cierto que te hicieron daño; Pero ahora tú perdona
el crimen de los siervos del Dios de tu padre.” Y José lloró mientras le hablaban.
18Fueron entonces sus hermanos personalmente y cayendo delante de él dijeron:
“Henos aquí esclavos tuyos somos.” 19Replicóles José: “No temáis, ¿estoy yo
acaso en vez de Dios? 20Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pen-
só para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, en un pueblo numeroso.
21Así que no temáis; Yo os mantendré a vosotros y a vuestros pequeñuelos.” Y
los consoló y les habló con afecto. 22José permaneció en Egipto junto con la fami-
lia de su padre, y alcanzó José la edad de ciento diez años. 23José vio a los biz-
nietos de Efraím, asimismo los hijos de Makir, hijo de Manasés, nacieron sobre
las rodillas de José. 24Por último, José dijo a sus hermanos: “Yo muero, pero
Dios se ocupará sin falta de vosotros y os hará subir de este país al país que juró
a Abraham, a Isaac y a Jacob.” 25José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:
“Dios os visitará sin falta, y entonces os llevaréis mis huesos de aquí.” 26Y José
murió a la edad de ciento diez años; Le embalsamaron, y se le en una caja en
Egipto. Y al terminar, dice:
Prokímenon en el Tono Cuarto del Salmo Ciento Veinticuatro Y lee lo indicado
del (Salmo 124 ‘125’ 1-2) 1Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que es
inconmovible para siempre de todo Su pueblo. (Stíjo) 2¡Jerusalén, de montes
rodeada!
al final exclama:
Kálifson o Manden.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie.
Sacerdote: La Luz de Cristo ilumina a todos.
Lector: Segunda Lectura del Libro de Proverbios.
Diácono: Sabiduría, estemos atentos.
Lector: Lee [Proverbios 31: 8 - 31]
8Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los
abandonados.9Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del mísero y
del pobre. 10Una mujer completa ¿Quién la hallará? Porque es mucho más valiosa
que las perlas. 11En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho.
12Le produce el bien, no el mal, Todos los días de su vida. 13Se busca lana y lino, y
lo trabaja con manos diligentes. 14Es como nave de mercader que de lejos trae su
70
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
provisión. 15Se levanta cuando aún es de noche da de comer a sus domésticos y
órdenes a sus servidumbre. 16Hace cálculos sobre un campo y lo compra; Con el
fruto de sus manos planta una viña. 17Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus
brazos. 18Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara.
19Echa mano a la rueca, sus palmas toman el hueso. 20Alarga su palma al
desvalido, y tiende sus manos al pobre. 21No teme por su casa a la nieve, pues
todos los suyos tienen vestido doble. 22Para sí se hace mantos; Y su vestido es de
lino y púrpura. 23Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con
los ancianos del país. 24Hace túnicas de lino y las vende; Entrega al comerciante
ceñidores. 25Se viste de fuerza y dignidad; Y se ríe del día de mañana. 26Abre su
boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua. 27Está atenta a la marcha de
su casa, y no come el pan de ociosidad. 28Se levantan sus hijos, y la llaman
dichosa; Su marido, y hace su elogio. 29Muchas mujeres hicieron proezas; pero tú
las superas a todas. 30Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme
al Señor, ésa será alabada. 31Dadle el fruto de sus manos, y que en las puertas la
alaben sus obras.
“ ANEXO ‘C’ ”
EN LAS FIESTAS CELEBRADAS
En caso de que habrá conmemoración festín de algún Santo, después de terminar el canto de:
“¡Que mi Oración, se endereza como incienso ante Ti, y la elevación de mis manos
sea como Ofrenda Vespertina!”
Serán leídas las correspondientes lecturas Sagradas de la Epístola y Evangelio de la siguiente manera:
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Canta el Prokímenon (Himno) indicado del la fiesta celebrada.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Lectura de la Carta (Universal) del Apóstol San “...N...” a (...N...) ó
del Libro de los Hechos de los Santos Apóstoles.
Diácono: Estemos atentos.
Lector: Lee la lectura indicada y al terminar,
Sacerdote: (O el Señor Obispo si está presente)
Paz a ti, lector.
Coro: Aleluya (Tres veces)
El Diácono llevando el incensario en su derecha, levantándolo ante el Sacerdote –o Él que presi-
de, el Obispo- Dice: “¡Bendice, Señor, este incienso! -El Señor Obispo- Sino el Sacerdote, parado
ante la Mesa Sagrada, bendice al incienso que le acercaba el Diácono diciendo: “Bendito sea Dios
nuestro Perpetuamente, Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.”El Diácono
inciensa -El Sacerdote en ausencia del Diácono- Al Sacerdote, la Mesa Sagrada, de los cuatro lados, el
71
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Altar Sagrado, el Iconostasio el pueblo , -desde afuera si hay Diácono y en presencia del señor Obispo-
desde la Puerta Real si no hay Diácono.
Mientras tanto, el coro entona los Stíjos (Versículos) del indicado salmo con el ‘Aleluya’. Luego
el Sacerdote la:
“Oración anterior a al la Lectura del Santo Evangelio”
Que resplandezca en nuestros corazones, la luz inextinguible del cono-
cimiento de Tu Divinidad; Oh Señor, Amante de la humanidad, Abre los ojos
de nuestra mente a la comprensión de las predicaciones de Tu Evangelio. En-
fúndenos el temor de Tus Bienaventurados Mandamientos, para que, venciendo
todos los deseos carnales, llevamos una vida espiritual, pensando y obrando en
todo lo que Te agrada.
Porque Tú eres la iluminación de nuestras almas y cuerpos, Oh Cristo
Dios, Y te glorificamos junto a Tu Padre Eterno, y Tu Santísimo Espíritu, ahora
y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Diácono: Llevando el Evangeliario, en sus dos manos, mientras recibiéndole del Sacerdote,
inclinándose la cabeza, dice: Bendice, señor, al que está por anunciar la Buena Nueva
del Glorioso Santo Apóstol Evangelista (y el puro discípulo) (...N...)
Sacerdote: Bendice al Diácono mientras le dice: Que Dios te otorgue la palabra con
gran fuerza, Oh evangelizador, para cumplir la predicación de Su Amado Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, por las intercesiones del Glorioso Santo Apóstol Evan-
gelista (...N...)
Diácono: Amén.
El Sacerdote, besa al Evangeliario y lo entrega al Diácono, quien a la vez, besa la diestra del Sa-
cerdote, sale de la Puerta Norte, precedido por los candeleros hasta el Ambón o el Trono Episcopal de
donde se lee el Santo Evangelio. Mas el Sacerdote, parado ante la Mesa Sagrado, mirando hacia el pueblo
y dice: (Él o el segundo Diácono)
Sabiduría. Estemos de pie y escuchemos el Santo Evangelio. Y bendiciendo
-él o el señor Obispo- dice:
La Paz sea a todos vosotros.
Todos: Y a tu espíritu.
Diácono: Lectura de la Buena Nueva según San (...N...) El Evangelista (y el
puro discípulo) *
Todos: ¡gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti!
Sacerdote o Segundo Diácono: Estemos atentos.
Diácono: Lee la parte indicada del Evangelio. Mientras tanto el Sacerdote, está de pie
mirando hacia el pueblo desde la Puerta Real. Terminada la lectura,
Todos: ¡gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti!
Mientras tanto el Diácono baja del Ambón, se dirige hacia -el señor Obispo- la Puerta Real,
entrega el Evangeliario al Sacerdote, besándole su diestra, mientras éste, en voz baja, le dice: “Pas a ti,
Evangelizador o Anunciador de la Buena Nueva”
Con el Evangeliario, el Sacerdote, bendice al pueblo y lo deposita sobre la Mesa Sagrada.
72
La Liturgia de los Dones Presantificados - Triódion
Cuando se lee el Santo Evangelio solamente -es decir sin lectura de la Epístola- como es el caso en
los primeros tres días de la Semana Santa, ‘El Aleluya’ no será cantado, tampoco la ‘Oración anterior a
la lectura del Evangelio’. Sino, directamente, después de ‘¡Que mi Oración, se endereza como
incienso ante Ti, y la elevación de mis manos sea como Ofrenda Vespertina!’ :
Diácono: Para que seamos dignos de escuchar...
Sabiduría. Estemos de pie y escuchemos el Santo Evangelio. Y bendiciendo
-él o el señor Obispo- dice: La Paz sea a todos vosotros. Todos: Y a tu espíritu.
Diácono: Lectura de la Buena Nueva según San (...N...) El Evangelista (y el
puro discípulo) *
* Se acostumbró aquí a decir: Lectura del Santo Evangelio Según San...
EL LITURGICÓN
(Libro de los Oficios para los Sacerdotes)
Recopilado por el Obispo
YUHANNA YAZEGI
Traducido del Árabe
Por el Presbítero Atanasios Suheil Salhani
DEPARTAMENTO DE CULTURA Y TRADUCCIONES LITÚRGICAS
ARQUIDIÓCESIS DE BUENOS AIRES Y TODA LA ARGENTINA
IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ORTODOXA DE ANTIOQUÍA
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